Pan con centeo y cerveza (Judas)



No entiendo la mala fama que tiene el pan. De un tiempo a esta tarde se ha puesto de moda decir que es malísimo porque contiene gluten e incluso personas que no son celiacas han dejado de consumirlo. Lo que me parece una soberana tontería, ya que no hay ninguna razón para dejar de comer pan si no hay una intolerancia detrás. Y luego está la vieja historia de siempre, que si engorda mucho. Pues bien, según un reciente estudio del departamento de Dietética de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense, aquellas personas que consumen mayor cantidad de pan tienen menos sobrepeso. Sí, ya sabemos que por cada estudio que afirma una cosa hay otro que asegura exactamente lo contrario, pero de lo que estoy totalmente segura es que de aquellas personas que comen pan son bastante más felices. ¿No os acordáis del maravilloso momento del bocadillo al salir del colegio? ¿O de la placentera sensación que produce mojar pan en la yema del huevo frito?        

Por eso hoy volvemos con una receta de pan. Como sé que a pesar de que hace un tiempo os enseñé a preparar masa madre probablemente no la tengáis en casa, no la utilizaremos en esta ocasión. Pero a pesar de eso usaremos una cantidad relativamente pequeña por dos motivos. El primero, porque haremos una fermentación larga en nevera, con lo que se empezarán a desarrollar las propias levaduras de la harina. El segundo, porque hidrataremos nuestra masa con cerveza, así que sus levaduras, e incluso sus burbujas de gas, ayudarán en la fermentación de nuestro pan.

Podéis utilizar cualquier tipo de cerveza para elaborar este pan, siempre que sea de buena calidad. Tened en cuenta que su sabor se notará en el resultado final del pan. Yo he decidido hacerlo con cerveza Judas, por su sabor particular, dulce aunque con un ligero amargor final. Si utilizáis una cerveza negra, por ejemplo, el color final de vuestro pan será más oscuro. Y no os preocupéis si tenéis niños en casa, todo el alcohol se evaporará durante la cocción. Venga, vamos a ello.

Ingredientes:
  • 200 g  harina de centeno (integral si puede ser)
  • 300 g de harina de fuerza
  • 1 cerveza Judas
  • 8 g de levadura fresca de panadero
  • 10 g de sal
  • 30 g de aceite de oliva virgen
  • Copos de avena

Elaboración:
  • Vamos a empezar con algo fácil: poniendo en un bol todos los ingredientes (la levadura desmenuzada) y añadiendo la cerveza. Yo se la echo toda de golpe y a veces, incluso, añado un poco de agua. Pero si estáis empezando en esto del pan tampoco hace falta que os paséis de hidratación.
  • Llega la hora de ponerse con el amasado. Yo lo hago en la Kenwood, con el gancho, porque soy vaga. Pero si no tenéis una máquina de este tipo basta con que remováis hasta conseguir que la masa quede uniforme.
  • Cuando tengáis la masa casi lista llega el momento de añadir los copos de avena y amasar un poco, hasta que estén integradas del todo.
  • Hacemos una bola con nuestra masa y la dejamos reposar una hora, tapada con film, en un bol untado con aceite. La masa es bastante fácil de manejar, pero si tenéis problemas, aceitad un poco la superficie de trabajo y vuestras manos.
  • Dejamos reposar la masa más o menos una hora, hasta que haya doblado su volumen. Entonces sacamos la masa del bol y, con las manos aceitadas, la aplanamos para desgasificarla y volver a formar una bola con ella. 
  • Cogemos la bola de masa y la metemos en un banneton que habremos enharinado y salpicado de copos de avena previamente. Es muy importante que la parte más lisa de la bola vaya hacia abajo, la que esté en contacto con el banneton. (Sí no tenéis banneton no pasa nada. Basta con que hagáis una bola lo más prieta posible y le echéis un poco de harina y copos de avena por encima. En este caso, la parte de la bola más lisa deberá quedar hacia arriba, en contacto con el aire).
  • Llego la parte más fácil de todo el proceso: tapar la masa con film aceitado (yo, con un gorro de ducha) y dejarla fermentar toda la noche en la nevera.
  • A la mañana siguiente (yo dejé la masa 12 horas en la nevera, pero con 8 son suficientes) sacamos el banneton del frigorífico (o la bola) y la dejamos templar a temperatura ambiente mientras precalentamos el horno a 250°C.
  • Justo antes de meter la masa al horno le damos la vuelta al banneton y con una cuchilla panadera, un cutter o un cuchillo bien afilado hacemos una incisión en la parte de arriba del pan, para que abra por ahí y no reviente por donde quiera. (Si no tenéis banneton y habéis echo una bola con la masa, saltaos el paso de darle la vuelta).
  • Sólo nos queda meter la masa en el horno y echar en la base cinco o seis cubitos de hielo para generar humedad y hornear unos 8 minutos a 250°C.
  • Pasado ese tiempo bajamos la temperatura del horno a 200°C y horneamos unos 40 minutos más. Sabréis que el pan está bien hecho cuando al darle un golpe en la corteza suene a hueco.













































































 
































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¿Qué es Pelinti? Muchas veces, cuando nos sentamos a la mesa ante un plato de nuestra comida favorita, nos la llevamos a la boca aún demasiado caliente movidos por el ansia, a pesar de saber que nos vamos a quemar. Entonces no nos queda otra que emitir un extraño ruido, una especie de "aaaaaaaahhhh" con la boca cerrada, a la vez que intentamos introducir aire fresco en ella, expulsamos el aire caliente de dentro, y hacemos que la comida de pequeños botes en la lengua, porque quema. En Ghana describen todo esto con una sola palabra, "pelinti", que literalmente significa "mover la comida caliente por la boca". En este blog intentaré dar recetas y recomendar bares y restaurantes con los que tengamos que usar la palabra "pelinti".