Mantecado de Avilés


Torrijas, huesos de santo, buñuelos, leche frita, flores, pestiños, rosquillas... La Semana Santa llega cada año cargada de dulces típicos, aunque el que nosotros os traemos hoy, el mantecado de Avilés, no es muy conocido fuera de Asturias. Puede que no lo sea ni más allá de la ciudad que le da nombre.

Se trata de un bollo que los padrinos intercambian con sus ahijados por la palma que se ha bendecido en la misa del Domingo de Ramos. Antiguamente se hacía con manteca de cerdo, pero desde hace ya muchos años el mantecado de Avilés, aunque mantiene el nombre se elabora con mantequilla. Eso sí, la forma no la ha perdido y se hornea en moldes metálicos en forma de forma de "cruz" (no llega a ser una cruz, es más redondeado, pero no sé de que otra forma definirlo. Menos mal que tenéis las fotos para verlo) y se decora con glasa. Entiendo que la mayoría de vosotros no tenéis estos moldes, que se venden en varias ferreterías de Avilés, pero no pasa nada, en molde de plum cake queda perfecto.

El bollo mantecado de Avilés es lo que se llama un cuatro cuartos, es decir, que sólo lleva cuatro ingredientes (harina, azúcar, mantequilla y huevos) y todos en la misma cantidad. Al ser pocos ingredientes, y tan sencillos, es importante que sean de buena calidad, sobre todo la mantequilla. Si la vuestra es normalita obtendréis mejore resultados si antes la clarificáis, pero si es de las buenas este paso os lo podéis saltar. Hay gente, que además, incorpora ralladura de limón, naranja o vainilla a la mezcla, pero yo prefiero añadirlo, en todo caso, a la glasa, que suelo hacer con azúcar glas avainillado. Pero eso queda a vuestra elección

Como veis, el mantecado de Avilés no lleva ni una pizca de levadura o impulsor; el bizcocho se inflará gracias al aire que incorporaremos al batir los ingredientes, así que si podéis hacerlo con una buena batidora o amasadora, mejor. Si no la tenéis, preparaos para sacar músculo. Así que vamos a ello.

Ingredientes para el mantecado:
  • 700 g de huevos a temperatura ambiente (podéis pesadlos con cáscara)
  • 700 g de harina de repostería
  • 700 g de mantequilla de muy buena calidad a temperatura ambiente
  • 700 g de azúcar blanco
  • 1 pizca de sal
Ingredientes para el glaseado
  • 2 tazas de azúcar glas
  • 6 cucharadas soperas de agua o leche a temperatura ambiente

Elaboración:
  • Para empezar batimos con unas varillas la mantequilla y el azúcar durante unos 15 minutos, hasta que nos quede una crema blanca y aireada.
  • Añadimos entonces los huevos uno a uno, sin parar de batir, esperando a que uno esté bien incorporado antes de añadir el siguiente. Nos tiene que quedar una mezcla bien esponjosa.
  • Incorporamos la harina, previamente tamizada, y mezclamos con una espátula y movimientos envolventes para que no se escape el aire ni baje la mezcla.
  • Vertemos la masa en los moldes engrasados y enharinados y cocemos en el horno precalentado a 180ºC calor arriba y abajo. 
  • Pasados 15 minutos bajamos la temperatura a 160ºC y dejamos cocer unos 45 minutos más. Si se os rajan un poco por encima, no os preocupéis, es normal.
  • Cuando nuestros mantecados de Avilés estén bien cocidos los dejamos enfriar en el molde unos 10 minutos y luego los sacamos y los enfriamos totalmente sobre una rejilla.
  • Cuando ya estén fríos y vayamos a montar el mantecado (no antes, para que la glasa no nos cristalice en el bol) mezclamos el azúcar glas con el agua o la leche y revolvemos bien, hasta obtener  una masa más o menos densa.
  • Ya sólo nos queda echar un tercio del glaseado sobre el bollo más grande, dejando que caiga hacia abajo y sin tocarlo demasiado. Ponemos encima el bollo mediano y lo glaseamos. Y repetimos con el más pequeño.  
  • Ya tenemos listo nuestro mantecado de Avilés, para decorarlo como más nos guste, aunque es típico hacerlo con plumas.



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¿Qué es Pelinti? Muchas veces, cuando nos sentamos a la mesa ante un plato de nuestra comida favorita, nos la llevamos a la boca aún demasiado caliente movidos por el ansia, a pesar de saber que nos vamos a quemar. Entonces no nos queda otra que emitir un extraño ruido, una especie de "aaaaaaaahhhh" con la boca cerrada, a la vez que intentamos introducir aire fresco en ella, expulsamos el aire caliente de dentro, y hacemos que la comida de pequeños botes en la lengua, porque quema. En Ghana describen todo esto con una sola palabra, "pelinti", que literalmente significa "mover la comida caliente por la boca". En este blog intentaré dar recetas y recomendar bares y restaurantes con los que tengamos que usar la palabra "pelinti".