Galletas de azúcar moreno (¡sólo tres ingredientes!)

A veces la gente me dice que la pastelería es difícil, que hacen falta muchos ingredientes, que requiere mucho tiempo, demasiado trabajo. Pues ya no tenéis escusa, porque vengo con la receta definitiva para vagos y aquellos que no tengan un fondo de despensa demasiado amplio. Porque para las galletas de azúcar moreno que vamos a hacer hoy sólo necesitamos tres ingredientes que todo el mundo tiene en casa: mantequilla, azúcar moreno y harina. No, no me digáis que en vuestras casas sólo hay margarina y azúcar blanquilla, del de toda la vida, porque me da algo.

A ver, tampoco nos vamos a hacer un lío y a pensar que el azúcar moreno es el colmo de lo sano, porque no es así. No soy nutricionista ni nada por el estilo, pero puedo afirmar que aunque ahora esté de moda pensar que este tipo de azúcar es mucho más saludable y natural que el azúcar refinado, no es verdad. El azúcar moreno no deja de ser azúcar menos refinado, pero refinado, o cristales de azúcar mezclados con melaza. Vamos, que no deja de ser azúcar un 85 o 90%. Precisamente es esta presencia de melaza la que le da al azúcar moreno su humedad característica. Así que, por mucho que sea moreno, tampoco es muy aconsejable que nos atiborremos con él. ¿Pero qué sería de la pastelería sin azúcar? Además, un producto que ha dado nombre a uno de los grupos más icónicos de nuestro país, no puede ser (tan) malo.

Por lo que sí que no tenemos que preocuparnos es por el tiempo; en una hora, más o menos, las tendréis listas. Y de esa hora 20 minutos son de horneado, así que no tenéis escapatoria, tenéis que hacer estas galletas sí o sí. El resultado es una pasta crujiente con un sabor muy fino, pero intenso (gracias a esa melaza de la que antes hablábamos, claro). Perfectas para un desayuno, la merienda o para la hora del té si las hacemos un poquito más pequeñas. ¿Nos ponemos a ello?

Ingredientes:

• 225 g de mantequilla
• 5 g de sal
• 100 g de azúcar moreno
• 320 g de harina

Elaboración:

• Para empezar batimos la mantequilla con el azúcar moreno, hasta que consigamos que quede más o menos cremoso.
  
  
• Mientras, tamizamos la harina.
  
• Cuando tengamos la crema de mantequilla y azúcar moreno añadimos la harina tamizada y lo trabajamos lo justo para que esté todo integrado. Acabamos amasando con las manos.
  
  
  
• Si hay tiempo, dejamos reposar media hora en la nevera. Trabajaremos mejor la masa, pero no es estrictamente necesario.
  
• Pasado ese tiempo extendemos la masa sobre una superficie enharinada, hasta conseguir que tenga, más o menos, un centímetro y medio de grosor.
  
• Cortamos con un cortapastas (o con un vaso, si no tenéis otra cosa) y colocamos nuestras galletas sobre una bandeja forrada con papel vegetal.
  
• Horneamos, en el horno precalentado a 160ºC, durante unos 20 minutos o hasta que estén doradas.
  
• Cuando estén listas sacamos nuestras galletas del horno y dejamos enfriar completamente antes de degustar.