Ya estamos en julio,
así que espero con ansias el día que los informativos abran con la
noticia de que la península esta sufriendo una ola de calor. ¡Una
ola de calor en pleno verano! Y siempre es la peor hola de calor de
los últimos tropecientos años. Que se haga noticia de cosas así me
revienta, porque lo lógico es que en verano haga calor, que en
invierno haga frío, que en otoño llueva y que en primavera esté
todo lleno de polen, por mucho que nos jorobe a mi alergia y a mí.
Dicho esto, muy a mi
pesar, y con todo el dolor de mi corazón, tengo que reconocer que
este es el verano más caluroso de mi vida. En la calle no hace tanto
calor, no más del habitual para estas fechas, pero en mi lugar de
trabajo la temperatura es exagerada. Con los hornos toda la mañana
encendidos y la estufa de fermentación funcionado a durante horas,
el calor es insoportable. Salgo de allí con unas sudadas
impresionantes, pero me consuelo pensado la de toxinas que estoy
eliminando. Y seguro que alguna empresa de desodorantes se alegra del
dineral que me estoy dejando en sus productos.
- 500 g de melocotón (pesadlo sin hueso, eh)
- 500 g de tomates
- ½ pimiento verde
- 1 cebolla no muy grande
- ½ diente de ajo
- 30 ml de vinagre de vino blanco
- 50 ml de aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto
Preparación:
- Para empezar lavamos los ingredientes y los cortamos.
- Trituramos bien. (Yo lo he hecho en la Thermomix, que queda una crema finísima, pero si o tenéis este aparato y no queréis encontrar tropezones, colad vuestro gazpacho).
- Enfriad en la nevera y servid bien fresquito.
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