Ya estamos en otoño, así que ya no hay excusa para encender el horno. Sí, sé que las temperaturas son más elevadas de lo que cabría esperar para esta época del año, pero como nos tengamos que guiar por el tiempo no nos ponemos a hornear hasta 2019. Por lo menos.
Aunque no suele ser lo habitual, la repostería salada también existe. Y hoy venimos a demostrarlo con un bundt cake de gorgonzola y manzana. Una elaboración que nos sirve tanto para un aperitivo, como para un primer plato si lo acompañamos de una ensalada, o para una merienda un poco diferente.
El gorgonzola es un queso italiano crrmodo y de leche de vaca que cada vez es más fácil encontrar en cualquier supermercado español. Puede ser dulce o picante, cualquiera de los dos va perfecto para esta receta. Si os decidís a utilizar la versión dulce os recomiendo que la manzana que utilicéis sea un poco ácida. Sí usáis la picante, la manzana un poco más dulce. Y si no encontráis gorgonzola cualquier queso azul cremoso y no muy fuerte va perfecto para esta receta. También podemos sustituir la manzana por pera, en una combinación clásica.
Como véis, más facilidades no os podemos dar. 😂😂😂. Vamos a ello.
Ingredientes:
- 200 gramos de harina
- 2 huevos
- 100 ml de aceite de girasol
- 150 ml de leche
- 12 gramos de levadura química (tipo Royal)
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de azúcar
- 100 g de queso gorgonzola
- 1 manzana
Elaboración:
- En un bol ponemos la harina con la levadura, el azúcar, la sal y los huevos. Batimos bien.
- Vamos incorporando la leche sin dejar de batir.
- A continuación incorporamos el aceite, batiendo continuamente hasta que esté todo integrado.
- Troceamos el queso gorgonzola. Pelamos la manzana, le quitamos el corazón, la partimos en láminas finas. Incorporamos todo al bol de la masa. Mezclamos bien con una espátula.
- Tapamos el bol con papel film y lo dejamos reposar en la nevera mientras precalentamos el horno a 180ºC.
- Engrasamos un molde, vertemos la masa de nuestro bundt cake y lo horneamos durante 30 minutos. Pasado ese tiempo apagamos el horno y dejamos 5 minutos el molde dentro. Pasado ese tiempo lo sacamos del horno y lo dejamos que entibie antes de desmolar y lo ponemos a enfriar completamente sobre una rejilla (aunque también se puede comer templado).
- Sólo nos falta servir y disfrutar.
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