Pues ya es oficial, ya es primavera. Sí, ya sé que la estación llegó a nuestras vidas hace ya unas semanas, pero el tiempo no acompañaba. Al menos a la mayoría de la gente, que se quejaba amargamente del frío y la lluvia como yo me quejaba de que se cayeran los pájaros de calor en pleno noviembre. Aunque parece que eso no molestaba tanto a la mayoría de mis compatriotas. Pero a lo que vamos. Con la primavera, y del buen tiempo, también llega la mejor época para las fresas.
Conozco a mucha gente a la que no le gusta la fruta, pero creo que no conozco a nadie a quien no le gusten las fresas. Podríamos decir que después de las naranjas (¿porque a quién no le gusta un zumo de naranja recién exprimido? Y es que eso es amor, amiguitos, amor es que te expriman el zumo todas las mañanas) las fresas son la fruta estrella, la fruta a la que nadie hace ascos. Formas de consumirlas hay muchas, desde simplemente lavadas a acompañadas de amoroso zumo de naranja, con nata, bañadas en chocolate o con un buen chorretón de leche condensada.
Conozco a mucha gente a la que no le gusta la fruta, pero creo que no conozco a nadie a quien no le gusten las fresas. Podríamos decir que después de las naranjas (¿porque a quién no le gusta un zumo de naranja recién exprimido? Y es que eso es amor, amiguitos, amor es que te expriman el zumo todas las mañanas) las fresas son la fruta estrella, la fruta a la que nadie hace ascos. Formas de consumirlas hay muchas, desde simplemente lavadas a acompañadas de amoroso zumo de naranja, con nata, bañadas en chocolate o con un buen chorretón de leche condensada.
Y precisamente en este último postre, en las fresas con leche condensada, está inspirado el bundt cake que os proponemos preparar hoy. Un bizcocho con un intenso sabor a fresa que no tapa la suavidad de la leche condensada ni la suntuosidad de la mantequilla. Bajo una miga aparentemente densa y compacta, os encontraréis un bundt cake super jugoso, precisamente porque las frutas aportan muchísima humedad a las masas. Y lo mejor, aguanta en perfecto, sin resecarse, varios días. Aunque no creemos que dure mucho tiempo en vuestra cocina una vez haya salido del horno.
Ingredientes:
- 140 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 2 huevos grandes
- 270 g de leche condensada
- 1 chorrito de kirsch
- 180 g de harina
- 7 g de levadura química (tipo Royal)
- 250 g de fresas
Elaboración:
- Empezamos quitando el rabito a las fresas, limpiándolas y cortándolas en trocitos. Las ponemos sobre papel de cocina para que absorba el exceso de humedad y reservamos.
- En un bol ponemos la mantequilla y la batimos, hasta que quede blanquecina y cremosa.
- Cuando la tengamos añadimos los huevos de uno en uno, batiendo bien entre cada incorporación, hasta conseguir una mezcla esponjosa.
- Incorporamos entonces la leche condensada y el chorrito de kirsch, y batimos de nuevo hasta que se integren.
- Añadir la harina y la levadura previamente tamizadas y batimos lo justo para integrar.
- Llegó el momento de añadir las fresas y mezclarlo todo bien con ayuda de una espátula.
- Echamos nuestra masa en un molde previamente engrasado y cocemos el bundt cake en el horno precalentado a 180ºC durante unos 35-40 minutos, hasta que al pincharlo con un palillo salga limpio.
- Cuando tengamos el bundt cake cocido lo sacamos del horno y lo dejar reposar en el molde unos 10 minuto.
- Pasado ese tiempo lo desmoldamos y dejamos que se enfríe completamente sobre una rejilla.
- Y ya tenemos nuestro bundt cake de fresas y leche condensada listo para servir y disfrutar.
Ahora que es tiempo de fresas, tu propuesta de hoy es una maravilla y roza el lujo, con esa mezcla de sabores. A ver si me sale como a ti y desayunamos algo distinto.
ResponderEliminarGracias por compartir.