Refresco de limón y lavanda

¿Debería darme vergüenza colgar un post con una receta tan sencilla como la de una limonada? Pues un poco sí, para qué nos vamos a engañar. Pero como la poca vergüenza que tenía ya la perdí el día que publiqué la limonada rosa o la infusión fría de manzana y canela, hoy me lanzo con otra versión, y para darle otro toque diferente me lanzo a añadirle agua con gas y convertirla en un refresco.  Claro que, con agua con gas, tampoco es que se eleve mucho la cosa, así que vamos a convertir un sirope de lavanda en la estrella de esta receta. Porque a mezclar diferentes líquidos se le puede llamar receta, ¿no?

Lo que vamos a preparar hoy no deja de ser una limonada, pero le vamos a dar un toque diferente con un ligero sabor a lavanda y añadiéndole agua con gas. Y aquí es cuando entran los de la Brigada Vida Sana y dicen que puestos a hacerlo en casa, mejor lo hacíamos sin azúcar y con agua sin carbonatar. Pues vale. Si lo queréis hacer con stevia estáis en vuestro derecho, pero recordad que hay que echar la tercera parte de lo que pone en la receta, ya que endulza mucho más. Si no queréis usar agua con gas, vosotros mismos, yo estoy muy a favor del agua del grifo, pero el refresco pierde la chispa, la verdad. Y otra cosa os digo; la felicidad alarga la vida y ayuda a dotarla de mayor calidad. (Perdonad este párrafo, pero es que ya estoy un poco cansada de todos aquellos, y cada vez son más, que cuentan las calorías de todo lo que nos metemos a la boca, del ejercicio que tenemos que hacer para quemarlas, de lo malísimos que son el gluten, la lactosa, el azúcar y hasta el zumo de fruta recién exprimido. ¡Madre mía qué agonía!)

Así que nada, amiguitos, yo me la juego y hago este refresco un azúcar y agua con gas. O sifón, porque cualquiera que me conozca sabe lo que me gusta a mí un sifón. Las ganas irrefrenables que me entran de agarrar uno en cuanto lo veo, apretar las palanquita y que salga el chorro. Ahí, a presión. ¿Qué no lo habéis hecho nunca? Pues este refresco de limón y lavanda es ideal para estrenarse. Animaos.

Ingredientes para el sirope de lavanda:
  • 150 g de agua
  • 150 g de azúcar
  • 2 cucharaditas de lavanda

Ingredientes para el refresco de limón y lavanda:
  • Todo el sirope de lavanda que habéis hecho antes
  • 200 ml de zumo de limón recién exprimido
  • 600 ml de agua con gas (yo he usado sifón)

Elaboración del sirope de lavanda:
  • El sirope de lavanda no deja de ser un almíbar parte por parte y es tan simple de hacer como poner todos los ingredientes en un cazo, revolver bien y dejar que rompa a hervir.
  • Justo en ese momento bajamos fuego y lo dejamos cocer unos 15 minutos.
  • Pasado ese tiempo retiramos del fuego, lo tapamos con papel film y lo dejamos enfriar completamente. Reservamos.

Elaboración del refresco de limón y lavanda:
  • Lo primero que tenemos que hacer es colar el sirope de lavanda, ya frío, y ponerlo en una jarra. (Ojo, que tenga capacidad para más de 1 litro).
  • Exprimimos el zumo de limón, lo colamos, lo añadimos a la jarra y mezclamos bien con una cuchara.
  • Justo en el momento de servir añadimos hielos, el agua con gas o sifón, revolvemos bien y a disfrutar.


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¿Qué es Pelinti? Muchas veces, cuando nos sentamos a la mesa ante un plato de nuestra comida favorita, nos la llevamos a la boca aún demasiado caliente movidos por el ansia, a pesar de saber que nos vamos a quemar. Entonces no nos queda otra que emitir un extraño ruido, una especie de "aaaaaaaahhhh" con la boca cerrada, a la vez que intentamos introducir aire fresco en ella, expulsamos el aire caliente de dentro, y hacemos que la comida de pequeños botes en la lengua, porque quema. En Ghana describen todo esto con una sola palabra, "pelinti", que literalmente significa "mover la comida caliente por la boca". En este blog intentaré dar recetas y recomendar bares y restaurantes con los que tengamos que usar la palabra "pelinti".