Pollo al cava

Después de un parón provocado por un exceso de trabajo volvemos a la carga. Porque aunque no os lo creáis, para algunos la Navidad llega con más trabajo del habitual, pero que no falte. Y a estas alturas, con las Navidades acabadas muchos de vosotros suspiraréis aliviados, mientras otros se resisten (nos resistimos) a quitar el árbol. Lo que no falla, en ninguno de los casos, son las sobras; además de turrón y roscón seguro que tenéis por ahí alguna botella de cava dando vueltas.

Me acuerdo que cuando era pequeña me encantaba descorchar las botellas de cava en las celebraciones familiares. Luego, con el paso del tiempo, tuve que compartir ese honor con mi prima Nerea, pero tan contentas. Tampoco me podré olvidar nunca de la ilusión que me hacía ir metiendo cucharillas o tenedores de postre es las botellas abiertas, para que no se les fuera el gas y el cava se quedara sin burbujas. Ese tapón que parecía un romano ya no me hacía tanta gracia, pero supongo que cumplía mejor su función que los cubiertos.

Bueno, a lo que íbamos. Que si nos ha sobrado una botella de cava abierta podemos aprovecharla para hacer unas pechugas de pollo en salsa de cava. Porque las pechugas no siempre tenemos que comerlas a la plancha, por mucho que queramos depurar los excesos de estas fiestas. Y sí, ya sé que la nata no es precisamente lo más ligero, pero si os ponéis quisquillosos podéis cambiarla por leche evaporada para hacer esta receta un poco más ligera. Pero vamos, que después de los kilos de polvorones que hemos comido un poco de nata tampoco se va a notar mucho en nuestra barriga. Sea como fuere, conseguiremos una salsa suave, con un sabor muy especial y muy agradable. Me apuesto lo que sea que le gusta a todo el mundo, sin necesidad de ser un amante del cava.

Y si no tenéis una botella de cava abierta tampoco pasa nada, se descorcha una y adelante, que esta receta merece la pena. Vamos a ello.

Ingredientes (para 4 personas):
  • 8 filetes de pechuga de pollo
  • 250 g de champiñones
  • 2 o 3 puerros
  • 1/2 l de cava
  • 250 ml de nata o leche evaporada
  • Aceite de oliva
  • Mantequilla
  • Sal
  • Pimienta negra
Elaboración:
  • Empezamos por limpiar bien los puerros. Nos quedamos sólo con la parte blanca, los cortamos a la mitad a lo largo y los picamos finamente.
  • En una cacerola baja y ancha ponemos un poco de mantequilla y un chorrito de aceite (para que no se nos queme la mantequilla) y vamos pochando los puerros.
  • Mientras, limpiamos los champiñones y los cortamos en láminas, los añadimos a la cazuela de los puerros, salpimentamos y cocinamos hasta que todo esté blando.
  • Salpimentamos las pechugas, echamos los puerros y los champiñones a un lado en la cazuela y doramos ligeramente en ellas las pechugas de pollo, lo justo para sellarlas.
  • Añadimos el cava, mezclamos todo bien y dejamos que el alcohol se evapore a fuego lento durante unos 5 minutos.
  • Incorporamos entonces la nata o la leche evaporada (si queremos una receta un poco más ligera), integramos bien, rectificamos de sal y pimienta si hiciera falta y dejamos cocer a fuego lento durante unos 8 minutos más. 
  • Y ya está, listo para servir. Con un poco de arroz, con unas patatas fritas... Lo que no puede faltar es un buen pan para mojar la salsa.

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¿Qué es Pelinti? Muchas veces, cuando nos sentamos a la mesa ante un plato de nuestra comida favorita, nos la llevamos a la boca aún demasiado caliente movidos por el ansia, a pesar de saber que nos vamos a quemar. Entonces no nos queda otra que emitir un extraño ruido, una especie de "aaaaaaaahhhh" con la boca cerrada, a la vez que intentamos introducir aire fresco en ella, expulsamos el aire caliente de dentro, y hacemos que la comida de pequeños botes en la lengua, porque quema. En Ghana describen todo esto con una sola palabra, "pelinti", que literalmente significa "mover la comida caliente por la boca". En este blog intentaré dar recetas y recomendar bares y restaurantes con los que tengamos que usar la palabra "pelinti".