Ketchup casero


Hoy venimos con una receta de esas de fondo de armario. Porque seamos sinceros, ¿quién no tiene una bote de ketchup en el armario de la cocina? Hay quienes lo consumen de vez en cuando, con hamburguesas o salchichas, y quienes hacen de él un condimento indispensable en sus comidas, pero el 90% de nosotros lo tenemos en nuestra despensa.

Aunque la base de esta salsa es el tomate, en su versión industrial suele recibir bastantes críticas por su alto contenido en azúcares y conservantes. Así que hoy os proponemos aprovechar el domingo (o cualquier día de la semana, el caso es meterse en la cocina e intentarlo) para hacer vuestra versión casera de ketchup. No nos vamos a engañar, este también lleva azúcar, pero no tanto como el que compramos en el super.

Y como contrapunto a ese dulzor que aporta el azúcar, tenemos el vinagre, otro ingrediente indispensable en el ketchup. Es importante que lo utilicéis de buena calidad y que sea blanco (de vino o manzana), porque no queremos aportar ni  color ni sabor a salsa, sólo ese punto de acidez tan característico del ketchup.

Más cosas que no pueden faltar en esta receta; las especias. Yo os he puesto en la lista de ingredientes las que yo uso, en las cantidades en las que las utilizo. No está escrito en ningún lado que tenga que ser así. Hay quien, por ejemplo, añade jengibre o semillas de cilantro. Es una opción. Lo interesante sería que busquéis vuestra combinación de especias perfectas; con un poco menos de clavo, un poco más de pimentón, un poco de zumo de naranja... El caso es que deis con un ketchup con un sabor que de verdad os guste y que refleje vuestra personalidad. Que consigáis un ketchup único, que de verdad podáis llamar vuestro. ¿Empezamos a buscarlo siguiendo más o menos esta receta?

Ingredientes:
  • 1 kg de tomates maduros
  • 2 cebollas
  • 1 diente de ajo
  • 1 pizca de pimentón dulcecc
  • 1 cucharada de café de clavo
  • 1 cucharada de café de pimienta
  • 1 cucharada de café de canela
  • 1 cucharada de café de sal
  • 200 ml de vinagre blanco
  • 200 g de azúcar

Elaboración:
  • Para empezar pelamos las cebollas y las cortamos en rodajas, troceamos los tomates, partimos el ajo y los ponemos en una sartén con el pimentón, el clavo, la pimienta, la canela y la sal. 
  • Tapamos y dejamos cocer a fuego lento durante una hora y media más o menos. Ojo, que a mitad de cocción tenemos que chafar bien los tomates.
  • Pasado ese tiempo añadimos el vinagre y el azúcar, removemos bien y dejamos que vuelva a cocer a fuego lento durante una hora más o menos.
  • Cuando ya esté listo (no os asustéis, se habrá reducido mucho) lo trituramos bien con una batidora o un robot de cocina. Lo más probable es que quede un poco espeso, así que añadidle un poco de agua, volved a triturar y ya tenéis listo vuestro ketchup casero.

Conservación:
  • Como su propio nombre indica, este es un ketchup casero, así que no lleva conservantes. Bueno, sí, el vinagre y el azúcar alargarán la vida de vuestro ketchup, pero es necesario guardarlo en un tarro con cierre hermético y en la nevera. Os aguantará perferctamente unas 3 semanas.


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¿Qué es Pelinti? Muchas veces, cuando nos sentamos a la mesa ante un plato de nuestra comida favorita, nos la llevamos a la boca aún demasiado caliente movidos por el ansia, a pesar de saber que nos vamos a quemar. Entonces no nos queda otra que emitir un extraño ruido, una especie de "aaaaaaaahhhh" con la boca cerrada, a la vez que intentamos introducir aire fresco en ella, expulsamos el aire caliente de dentro, y hacemos que la comida de pequeños botes en la lengua, porque quema. En Ghana describen todo esto con una sola palabra, "pelinti", que literalmente significa "mover la comida caliente por la boca". En este blog intentaré dar recetas y recomendar bares y restaurantes con los que tengamos que usar la palabra "pelinti".