El otro día, al salir de clase de lengua de signos, pasé por delante de una panadería Granier y no pude evitar entrar. Es increíble la variedad de panes que tiene, panes que están muy por encima de la media de lo que podemos encontrar en la mayoría de las panaderías.
Entre todos los que había me decanté por uno de aceite, y con él me hice el mejor bocata de jamón que había tomado en la vida. Al menos que yo recuerde. Claro que también ayuda que el jamón no lo había pagado yo, sino mi padre, así que era de los buenos, buenos. Pero os aseguro que el pan contribuía muchísimo a realzarlo.
Con la hogaza de pan ya terminada, y echándola de menos, pensé que no podía ser tan difícil hacer ese pan en casa. Y era verdad. Aquí os dejo la receta, facilísima y muy resultona. Si no habéis hecho nunca pan, que no os entre el pánico, esta es una buena receta para empezar.
Ingredientes:
- 500 gr de harina de fuerza
- 300 gr de agua
- 50 gr de aceite de oliva virgen extra
- 15 gr de levadura fresca de panadero
- 10 gr de sal
- Romero
- Sal en escamas
- Aceite de oliva virgen extra para rematar
Preparación:
- A pesar de lo que la mayoría de la gente cree, no es necesario disolver la levadura en agua, basta con desmenuzar la levadura fresca en la harina. Añadimos a la mezcla de harina y levadura el agua y los 50 gramos de aceite virgen extra. Amasamos la mezcla durante unos 10 o 15 minutos. No os asustéis, porque cualquier "sobe" que le hagáis a la masa servirá como amasado. Aunque no lo hayáis hecho nunca, os saldrá un movimiento natural que será suficiente, y un reposo de otros 10 o 15 minutos hará el resto.
- Pasado ese tiempo ponemos un poco de harina, sólo la suficiente para que la masa no se pegue a la encimera, y formamos una bola lo más tensa que podamos. Pasamos un poco de aceite por las paredes de un bol, introducimos la bola de masa y dejamos reposar, tapada, cerca de una hora. (Si es invierno la masa tardará mucho más en levar. Podemos poner el cuenco de nuestra masa cerca de un radiador, meterla en el horno apagado pero con la luz encendida o en un armario con un bol de agua que habremos calentado antes en el microondas).
- Cuando la masa haya levado ponemos un poco aceite por la base y los lados de una cazuela que pueda ir al horno y colocamos la masa dentro. Embadurnamos toda la superficie del pan con más aceite de oliva virgen extra y dejamos reposar, tapado, otra media hora.
- Tras ese tiempo, ponemos un poco de romero por encima del pan y horneamos en el centro del horno, precalentado a 220ºC, sobre una rejilla. Ya sabéis que el tiempo de horneado va a depender de vuestro horno. En el mío ha estado 27 minutos, pero en el vuestro puede estar de 20 minutos a 35, así que vigilad.
- Sacamos de horno y lo dejamos templar antes de sacar el pan de la cazuela para dejarlo enfriar sobre una rejilla.
Un extra:
- A mí me gustan mucho las hierbas aromáticas, así que en el amasado podemos añadir un poco de romero y ajo seco, para darle un puntín de sabor al pan. Pero si vosotros no estáis seguros, no lo echéis.
Degustación:
- Es un pan perfecto para tomar tostado (sin añadirle mantequilla o aceite), acompañado de tomate con jamón o cualquier otro embutido. También va muy bien con quesos, patés o boquerones y anchoas.
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