Dicen que el olfato es el sentido que más recuerdos nos trae, pero yo creo que el gusto no le va a la zaga. También es cierto que olfato y gusto están muy relacionados, y quien no huele bien tampoco saborea bien. Formamos recuerdos ligados a ciertos olores, de la misma forma que lo hacemos con ciertos sabores. Al menos eso es lo que me pasa a mí con los bolos de arroz, un dulce típico portugués que automáticamente me transporta a a Valença do Minho.
Ya os he comentado alguna vez que siempre hemos veraneado en Sanxenxo y que aprovechábamos un día para pasar a Portugal, a Valença do Minho, a comprar sábanas, toallas, oporto y alianzas portuguesas (cuando se caen todas sus piedritas, según cuenta la leyenda, llega el momento en el que te casas. Con tu amor verdadero, por supuesto). Como mi padre es de los que le gusta salir pronto de casa, antes de empezar las compras, desayunábamos (o redesayunábamos) en Lua do Mel, una cafetería en la que se pueden encontrar todo tipo de panes y dulces típicos. Y fue allí donde descubrí los bolos de arroz, que junto con los pasteles de Belém son mis dulces portugueses favoritos.
Se trata de unos bizcochitos similares a las magdalenas, pero que se elaboran mezclando harina de arroz con un poco de harina de trigo, con lo que se consigue un resulrado super esponjoso. Sé que si no habéis probado nunca los bolos de arroz lo ideal sería hacerlo en Portugal, sí. Pero también es verdad que no es fácil cogerse días libres para viajar. Así que si os han entrado ganas de probarlos, ¿por qué esperar?
Ya os he comentado alguna vez que siempre hemos veraneado en Sanxenxo y que aprovechábamos un día para pasar a Portugal, a Valença do Minho, a comprar sábanas, toallas, oporto y alianzas portuguesas (cuando se caen todas sus piedritas, según cuenta la leyenda, llega el momento en el que te casas. Con tu amor verdadero, por supuesto). Como mi padre es de los que le gusta salir pronto de casa, antes de empezar las compras, desayunábamos (o redesayunábamos) en Lua do Mel, una cafetería en la que se pueden encontrar todo tipo de panes y dulces típicos. Y fue allí donde descubrí los bolos de arroz, que junto con los pasteles de Belém son mis dulces portugueses favoritos.
Se trata de unos bizcochitos similares a las magdalenas, pero que se elaboran mezclando harina de arroz con un poco de harina de trigo, con lo que se consigue un resulrado super esponjoso. Sé que si no habéis probado nunca los bolos de arroz lo ideal sería hacerlo en Portugal, sí. Pero también es verdad que no es fácil cogerse días libres para viajar. Así que si os han entrado ganas de probarlos, ¿por qué esperar?
Ingredientes:
- 100 g de mantequilla a temperatura ambiente 300 g de azúcar
- 4 huevos
- 1 pizca de sal
- Ralladura de 2 limones
- 1 cucharada de zumo de limón
- 200 g de leche entera
- 250 g de harina de arroz
- 100 g de harina
- 2 cucharadas de levadura en polvo
Elaboración:
- Para empezar ponemos la mantequilla y el azúcar en un bol y batimos hasta que blanquee.
- Cuando lo tengamos listo añadimos los huevos de uno en uno, batiendo bien entre medias.
- Agregamos la sal y batimos lo justo para incorporar.
- Incorporamos la ralladura de limón y el zumo.
- Añadimos la leche y batimos hasta mezclar bien.
- Toca incorporar las harinas y la levadura, todo bien tamizado. Mezclamos a velocidad baja, hasta que esté todo bien integrado.
- Tapamos el bol con film o pasamos a una manga pastelera y dejamos reposar nuestra masa media hora en la nevera.
- Llenamos los moldes casi hasta el borde y los cocemos en el horno precalentado a 170°C durante 20-25 minutos, hasta que nuestros bolos tengan un color dorado.
- Sacamos del horno y dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
- Ya sólo nos falta servir y disfrutar.
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