La verdad es que no sé muy bien cómo empezar este post. ¿Galletas de lavanda? ¿Pero eso no es lo que se utiliza para hacer perfumes, jabones y cremas o para evitar que los armarios cojan olor a humedad o a cerrado? Sí, la respuesta es sí. ¿Se puede utilizar entonces la lavanda para hacer galletas?, os preguntaréis. Y la respuesta vuelve a ser sí.
Aunque pueda sorprendernos, la lavanda está más presente en la gastronomía de lo que pensamos. Seguro que todos tenéis (o habéis tenido alguna vez, vale) un bote de hierbas provenzales en la despensa. Pues bien, según la receta tradicional francesa, la lavanda, junto al romero, el tomillo, el perifollo, la albahaca y la ajedrea, tiene que estar entre sus ingredientes. Se puede usar la lavanda para hacer una vinagreta que acompañe a unas patatas asadas o pescados como el rape, pero donde de verdad brilla es en la repostería. Con el chocolate combina perfectamente, podemos aromatizar un azúcar con ella o infusionarla en la leche, la nata o el agua que usaremos para hacer flanes, cremas o helados. Eso sí, la lavanda que utilicemos en la cocina deberá estar seca, así que os recomiendo que la compréis en herboristerías o tiendas especializadas de repostería o gastronomía.
Ya os he dicho que los dulces que hagáis con lavanda no sabrán a jabón, aunque tampoco os voy a negar que el sabor de estas galletas es muy peculiar, yo diría que de esos que gustan o no, sin término medio. Pero el paladar también se educa, así que dadles una oportunidad. Puede que a la primera no os acaben de convencer, que tengáis que ajustar un poco las cantidades, jugar un poco con la lavanda para adaptar las galletas a vuestro gusto, pero merecerá la pena. Conseguiremos unas galletas con un sabor muy especial y delicado, perfectas para acompañar un té.
Ingredientes:Aunque pueda sorprendernos, la lavanda está más presente en la gastronomía de lo que pensamos. Seguro que todos tenéis (o habéis tenido alguna vez, vale) un bote de hierbas provenzales en la despensa. Pues bien, según la receta tradicional francesa, la lavanda, junto al romero, el tomillo, el perifollo, la albahaca y la ajedrea, tiene que estar entre sus ingredientes. Se puede usar la lavanda para hacer una vinagreta que acompañe a unas patatas asadas o pescados como el rape, pero donde de verdad brilla es en la repostería. Con el chocolate combina perfectamente, podemos aromatizar un azúcar con ella o infusionarla en la leche, la nata o el agua que usaremos para hacer flanes, cremas o helados. Eso sí, la lavanda que utilicemos en la cocina deberá estar seca, así que os recomiendo que la compréis en herboristerías o tiendas especializadas de repostería o gastronomía.
Ya os he dicho que los dulces que hagáis con lavanda no sabrán a jabón, aunque tampoco os voy a negar que el sabor de estas galletas es muy peculiar, yo diría que de esos que gustan o no, sin término medio. Pero el paladar también se educa, así que dadles una oportunidad. Puede que a la primera no os acaben de convencer, que tengáis que ajustar un poco las cantidades, jugar un poco con la lavanda para adaptar las galletas a vuestro gusto, pero merecerá la pena. Conseguiremos unas galletas con un sabor muy especial y delicado, perfectas para acompañar un té.
- 200 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 100 g de azúcar
- 1 huevo
- 350 g de harina
- 3 cucharadas de flores de lavanda
- La ralladura de un limón
Elaboración:
- Para empezar mezclamos la mantequilla y el azúcar y lo batimos bien, hasta conseguir una mezcla con volumen y blanquecina.
- Añadimos entonces el huevo y batimos hasta integrarlo.
- A continuación incorporamos la ralladura de limón y las flores de lavanda y volvemos a batir.
- Echamos la harina tamizada y mezclamos bien, hasta conseguir una masa homogénea.
- Hacemos una bola con nuestra masa y, entre dos papeles vegetales, la estiramos con un rodillo hasta conseguir que nos quede, más o menos, con 1 centímetro de espesor.
- Llevamos la masa a la nevera y la dejamos reposar allí durante un par de horas.
- Pasado ese tiempo sacamos nuestra masa de la nevera y cortamos las galletas con un cortapastas.
- Las colocamos sobre una bandeja forrada con papel vegetal, sin olvidarnos de dejar espacio entre ellas, ya que crecerán un poco en el horno.
- Cocemos nuestras galletas en el horno precalentado a 180ºC, durante unos 12 minutos más o menos. Sabremos que están listas cuando los bordes empiecen a dorarse.
- Sacamos las galletas del horno, las dejamos enfriar completamente sobre una rejilla y ya están listas para degustar.
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