El maíz es un cereal que carece de gluten, así que es apto para celiacos. He leído y releído la etiqueta de la leche condensada, y está libre de gluten. Así lo dice, además, la página 57 del libro de FACE (Federación de Asociaciones de Celiacos de España), donde indican que la leche condensada, de cualquier marca, es apta y viene marcada en color verde. Así que si tenéis que preparar una merienda con las amigas o una fiesta infantil y alguno de los invitados es celiaco, podéis ofrecerles estas galletas sin problema alguno.
Otra de las ventajas que tiene esta receta es que es muy fácil de hacer y sólo lleva 15 minutos de horneado. Os saldrán cerca de 40 galletas muy ligeras y nada empalagosas, crujientes por fuera y suaves por dentro, ideales para acompañar con un buen vaso de leche.
Ingredientes:
- 350 g de maizena
- 200 g de leche condensada
- 120 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 40 g de azúcar
- 1 yema de huevo
Elaboración:
- Para empezar ponemos la mantequilla y el azúcar en un bol y lo batimos hasta que esté blanquecino y esponjoso.
- Incorporamos la leche condensada, integramos bien y añadimos la yema de huevo. Batimos hasta que la mezcla quede lisa y homogénea.
- Agregamos la maizena y mezclamos, primero con una espátula y luego amasando directamente con las manos.
- Nos quedará una masa un poco pegajosa. La envolvemos en papel film y la guardamos en la nevera media hora. (No la tengáis mucho más tiempo en el frigorífico, que se pone dura como una piedra y luego es imposible darle forma).
- Pasado ese tiempo sacamos la masa de la nevera y hacemos con ella bolas del tamaño de una nuez. Las colocamos en una bandeja de horno forrada con papel de hornear y las cocemos en el horno precalentado a 180ºC, durante unos 15 minutos.
- Las dejamos enfriar completamente sobre una rejilla antes de comerlas.
Conservación:
- En una caja de metal o un recipiente hermético aguantan perfectamente unos 7 o 9 días.
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