Lo prometido es deuda así que una vez tenemos listos para consumir nuestros limones en conserva preparamos una receta que los incluya: un plato inspirado en un tajín que comí durante unas vocaciones en Marrakech. Un tajín es un recipiente de barro cocido con tapa cónica, en el que se preparan numerosos guisos de carnes, aves, o verduras especiadas, hierbas aromáticas y en ocasiones frutas o frutos secos.
Lo más probable es que no tengáis un tajín en casa, yo tampoco lo tengo, pero no os pongáis nerviosos porque una cazuela convencional, siempre que tenga tapa, puede hacer perfectamente la misma función. Lo importante es preparar esta receta a fuego bajo, ya que la cocción va a ser prolongada y lo que buscamos es que se desarrollen bien todos los sabores, no que se nos queme la preparación.
Este guiso es un guiso bastante especiado, así que supongo que a priori no es para todos los gustos. Aún así os ruego que le déis una oportunidad, porque su sabor es sorprendente y seguro que acabáis cogiéndole el gusto. Porque el paladar también se educa amiguitos. (Sí, hay cosas que por mucho que nos pongamos nunca nos van a gustar, pero hay que intentarlo). Además, a falta de tiempo y dinero, es una forma fantástica de viajar hasta Marruecos sin salir de nuestra cocina, así que poneos el delantal y manos a la obra.
Lo más probable es que no tengáis un tajín en casa, yo tampoco lo tengo, pero no os pongáis nerviosos porque una cazuela convencional, siempre que tenga tapa, puede hacer perfectamente la misma función. Lo importante es preparar esta receta a fuego bajo, ya que la cocción va a ser prolongada y lo que buscamos es que se desarrollen bien todos los sabores, no que se nos queme la preparación.
Este guiso es un guiso bastante especiado, así que supongo que a priori no es para todos los gustos. Aún así os ruego que le déis una oportunidad, porque su sabor es sorprendente y seguro que acabáis cogiéndole el gusto. Porque el paladar también se educa amiguitos. (Sí, hay cosas que por mucho que nos pongamos nunca nos van a gustar, pero hay que intentarlo). Además, a falta de tiempo y dinero, es una forma fantástica de viajar hasta Marruecos sin salir de nuestra cocina, así que poneos el delantal y manos a la obra.
Ingredientes:
- 2 cebollas
- 4 dientes de ajo
- 1 cucharadita de cilantro en grano
- 6 granos de pimienta negra
- 1 cucharadita de jengibre en polvo
- 4 muslos de pollo
- 1 pellizco de azafrán
- 200 g de aceitunas sin hueso
- 4 limones en conserva
- Agua
- Sal
- Aceite de oliva
Elaboración:
- Empezamos picando las cebollas en trozos pequeños, pero no demasiado. La ponemos en una cacerola con un buen chorra de aceite y la pochamos a fuego medio.
- Cuando la cebolla esté ya translúcida añadimos los ajos cortados en láminas finas y revolvemos bien.
- Ponemos el cilantro, la pimienta y el jengibre en un mortero con un poco de sal y lo añadimos a la cacerola. Removemos bien.
- Incorporamos el pollo y lo sellamos bien por ambos lados.
- Mientras, ponemos el azafrán en medio vaso de agua caliente, y cuando tengamos el pollo bien sellado añadimos el contenido del vaso a la cacerola.
- Añadimos el agua suficiente para cubrir los muslos de pollo, salamos, tapamos la cacerola y lo dejamos cocer a fuego suave durante 2 horas.
- Pasado el tiempo de cocción añadimos las aceitunas, los limones cortados en gajos y una cucharadita del jugo de los limones y dejamos cocer otros 15 minutos.
- Ya tenemos nuestro pollo con limones y aceitunas listo para servir.
Como bien dices, hay que probarlo y ver qué es lo que pasa.
ResponderEliminarProbé unos platos de la cocina marroquí en un restaurante de Madrid y me sorprendieron, por la delicadeza de su sabor, a pesar de estar más especiados de lo que acostumbramos.
Una vez más, gracias por tus recetas ... y por hacernos viajar, sin salir de casa.