No sé si os he contado alguna vez que toda la vida hemos veraneado en Sanxenxo, en Pontevedra. A pesar de estar en Galicia, y de lo que podáis pensar, cuenta con un microclima excelente y la verdad es que en verano suele hace bastante buen tiempo, pero siempre reservábamos un día de los que salían nublados para ir a Portugal. Ir a Portugal significaba justo cruzar la frontera, llegar justo hasta Valença do Minho, introducirnos en su fortaleza y comprar toallas, sábanas, jerseys (nunca olvidaré in jersey reversible de Minnie, en rosas, blancos y negros, que mis padres me compararon allí). Y después de las compras siempre íbamos hasta A Guarda para comer marisco, y yo, que soy alérgica, cualquier pescado casi recién sacado de la ría.
Fue precisamente en A Guarda donde descubrí los mirabeles, una ciruela dulce y aromática, pequeña, poco más grande que las cerezas, que por lo visto llegó a la comarca de O Rosal desde la Selva Negra allá por los años 30 del pasado siglo. Frescos sólo los he visto en A Guarda, y no demasiadas veces, así que supongo que será difícil encontrarlos más allá de la comarca de O Rosal, pero hacen una mermelada maravillosa con ellos o los embotan en almíbar. Son precisamente estos, los mirabeles en almíbar, los que vamos a utilizar para nuestra tarta de hoy.
Una tarta, que como bien dice el título de esta entrada, es fina. Yo lleva levadura. No vamos a montar las claras par aportar volumen. La masa que vamos a hacer es similar a una masa de crepes, así que el resultado que obtendremos será el de una tarta fina. Ojo, en el horno crecerá por efecto del calor y por la mínima cantidad de aire que le hemos metido al batir, pero es sólo una ilusión: al sacar la tarta del horno e ir enfriándose bajará de volumen considerablemente. No pasa nada. Es así. Tiene que ser así. No habéis hecho nada mal. Vuestra tarta es así, rústica, fina, ligera, suave y delicada. Queredla tal como es y precalentad el horno para prepararla. Ya.
Una tarta, que como bien dice el título de esta entrada, es fina. Yo lleva levadura. No vamos a montar las claras par aportar volumen. La masa que vamos a hacer es similar a una masa de crepes, así que el resultado que obtendremos será el de una tarta fina. Ojo, en el horno crecerá por efecto del calor y por la mínima cantidad de aire que le hemos metido al batir, pero es sólo una ilusión: al sacar la tarta del horno e ir enfriándose bajará de volumen considerablemente. No pasa nada. Es así. Tiene que ser así. No habéis hecho nada mal. Vuestra tarta es así, rústica, fina, ligera, suave y delicada. Queredla tal como es y precalentad el horno para prepararla. Ya.
Ingredientes:
- 2 huevos
- 2 yemas de huevo
- 50 g de mantequilla
- 100 g de harina
- 6 cucharadas de azúcar glas (y un poco más para decorar)
- 160 ml de leche
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1 bote de mirabeles en almíbar
Elaboración:
- En un bol batimos los huevos y las yemas, hasta que hayan aumentado de volumen y queden blanquecinas.
- Cuando lo tengamos listo añadimos la mantequilla fundida y la esencia de vainilla y volvemos a batir. (Como veis en las fotos yo no he añadido esencia de vainilla. Simplemente porque el azúcar glas que he utilizado es avainillado, así que no hace falta).
- Incorporamos la harina y el azúcar glas, que habremos tamizado previamente, y batimos sólo lo justo para integrarlo todo bien.
- Ahora vamos añadiendo poco a poco la leche, sin dejar de batir, hasta que obtengamos una masa homogénea. Dejamos reposar unos 15 minutos en la nevera. (Os va a quedar bastante líquido, no os preocupéis, es así).
- Mientras la masa está en la nevera aprovechamos para quitarle los huesos a los mirabeles e ir colocándolos en un molde de unos 24 centímetros de diámetro y previamente engrasado.
- Pasados los 15 minutos sacamos la masa de la nevera, la vertemos en el molde y horneamos en el horno precalentado a 190ºC durante unos 20 minutos.
- Pasado ese tiempo sacamos la tarta del horno y la dejamos enfriar. (Si queréis, porque esta también muy rica templada).
- Ya sólo nos queda espolvorear con un poco de azúcar glas y disfrutar.
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