Pues sí, por fin ha llegado el verano, con su sol, su calor y su humedad. ¡Qué alegría! Pues no, la verdad es que no. Al menos para mí, que estoy enamorada del otoño y del invierno y odio bastante la primavera y el verano. Ya sé que soy rara, que la mayoría de la gente adora el verano, pero de verdad que no lo entiendo. La gente piensa que el verano va a transformar sus vidas, que todo será fiesta y alegría, que todo mejorará y, tal y como yo lo veo, nuestras vidas serán igual de buenas o malas que en invierno, pero con quemaduras solares, rozaduras en los pies y ropas pegadas al cuerpo por el calor. Vamos, que iguales no son, que en verano nuestras vidas sólo pueden ir a peor.
Dicho esto, el verano también tiene sus cosas buenas. Abren las heladerías que (no sé por qué extraño motivo) había estado cerradas todo el invierno y podemos poner sobre la mesa esos platos fresquitos que cuando hace frío la verdad es que no entran muy bien. Así que después del salmorejo, la vichyssoise o alguna variante del gazpacho llegó el momento de preparar una crema fría de aguacate, manzana, lima y menta.
Un plato para el que no necesitáis encender un sólo fuego, que no tardaréis más de diez minutos en preparar o que incluso podéis tener elaborado con antelación, guardado en la nevera para tenerlo bien fresquito al llegar de la playa. Así que ya sabéis, manos a la obra.
Ingredientes:
- 2 aguacates maduros
- 1 manzana Granny Smith
- 1 lima
- 250 g de yogur griego
- 500 ml de agua
- 1 puñado de hojas de menta
- Sal
- Pimenta
Elaboración:
- Incorporamos ahora las hojas de menta bien limpias, el yogur, el agua y salpimentamos.
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