domingo, 16 de julio de 2017

Brioche de limón confitado y chocolate blanco

Dicen que el desayuno es la comida más importante del día, así que ahora que muchos estáis de vacaciones vamos a preparar uno de lujo. Harina, leche, azúcar, mantequilla, huevos y levadura fresca es todo lo que necesitamos para arrancar un brioche, dulce típico francés, ligero y esponjoso. Como os digo, esos son los ingredientes básicos, con los que conseguiremos una fina corteza dorada y una miga amarilla, pero luego se le pueden añadir otros ingredientes para enriquecerlo y darle un toque de sabor. 

Y eso es lo que vamos a hacer nosotros, añadir a la masa base unos trocitos de limón confitado y de chocolate blanco, una combinación que a mí, personalmente, me encanta. Si preferís podéis utilizar chocolate negro y naranja confitada, o trocitos de guinda, o nueces, o pistachos y chocolate blanco, que también es una combinación que queda estupenda. Eso sí, para aseguraos el éxito de la receta tenéis que aseguraos de no introducir demasiada carga en la masa, porque si no a nuestros brioches les costará levantarse al fermentar, por mucha levadura que hayamos añadido. (Ojo, que no digo que haya que incorporar mucha levadura en la receta, con los 20 gramos que pone en la receta llega más que de sobra).

A parte de eso, sólo hay dos secretos para conseguir un brioche digno de las mejores boulangeries de París. El primero, que la mantequilla sea de muy buena calidad (y si conseguimos huevos de aldea, ya de lujo). Y el segundo, que la temperatura de la masa durante el amasado no supere los 25ºC. Esto no es un capricho; la mantequilla empieza a fundirse a partir de los 28ºC, y si eso pasara durante el amasado la masa se cortaría y ya no tendríamos forma de arreglarla. Para evitar que esto pase poned la leche, los huevos y la mantequilla fríos, directamente de la nevera. Tened en cuanta que en masas fermentadas como esta de brioche, el amasado va a ser largo, por lo que os vendrá genial ayudaos de una máquina que tenga accesorio de gancho.

Si no tenéis esta máquina, no pasa nada, podéis hacerlo con las manos, pero dejando reposar la masa durante el amasado, antes de incorporar la levadura, para evitar que se os caliente demasiado, pero recordad que el amasado tiene que ser largo e intenso, para conseguir masas elásticas y suaves. Así que no hay escusa para no intentarlo, precalentad el horno, que empezamos.

Ingredientes:
  • 500 g de harina de fuerza
  • 50 g de leche entera fría
  • 20 g de levadura fresca
  • 285 g de huevos fríos
  • 10 g de sal
  • 40 g de azúcar
  • 350 g de mantequilla fría
  • 150 g de limón confitado
  • 150 g de gotas de chocolate blanco
  • Huevo para pintar

Elaboración:
  • Ponemos el agua, la levadura, la harina, los huevos, el azúcar y la sal en el cuenco de la amasadora, y montamos el accesorio gancho.
  • Mezclamos a velocidad baja hasta que la masa se despegue de las paredes del cuenco.
    Es el momento de añadir la mitad de la mantequilla fría y amasar a velocidad media.
  • Cuando la mantequilla esté integrada añadimos el resto y seguimos amasando a velocidad hasta que la masa se despegue de las paredes. (Tened cuidado de que la masa no se caliente demasiado).
  • Añadimos el chocolate blanco y el limón confitado y volvemos a amasar a velocidad media, lo justo para que todo se integre.
  • Ponemos la masa, que será pegajosa, en un cuenco, la tapamos con film transparente y dejamos reposar unas 2 horas a temperatura ambiente. (Después de esta primera fermentación podemos congelar la masa de brioche).
  • Pasado ese tiempo metemos nuestra masa en el frigorífico por lo menos durante una  1 hora. (Lo ideal sería dejarla de un día para otro y si os sale algún plan no os preocupéis porque la podéis mantener en el frigorífico hasta 24 horas).
  • Cuando haya pasado ese tiempo sacamos la masa de la nevera y cortamos piezas de 50 g de brioche.
  • Sobre una superficie ligeramente enharinada (enharinaos también un poco las manos) boleamos cada pieza dejándola lo más apretada que podamos.
  • Untamos unos moldes de magdalenas con mantequilla y colocamos las bolitas de masa en ellos, con la parte más lisa hacia arriba. 
  • Dejamos que nuestros brioches levan durante más o menos 1 hora, tapados con un paño y en un sitio sin corrientes de aire y calentito. El tiempo es orientativo, cuando casi hayan doblado su tamaño inicial ya están listas. Un brioche muy fermentado tiene tendencia a perder sabor y a secarse con rapidez una vez los hemos sacado del horno. Y claro, eso no nos interesa.
  • Cuando estén listos pintamos los brioches con el huevo batido, con mucho cuidado para que no bajen.
  • Horneamos los brioches durante 5 minutos en el horno precalentado a 180ºC. Pasado este tiempo bajamos la temperatura a 160ºC y los horneamos durante unos 10 minutos más.
  • Sacamos los brioches del horno, dejamos que se templen, desmoldamos y dejamos que se enfríen completamente.
  • Ya sólo nos queda probar nuestros brioches y disfrutar.

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