Hace unas semanas veía
en ElComidista un vídeo en el que preguntaban a chefs españoles (o
afincados en España) de renombre si prefería la Nocilla o la Nutella. Dejando aparte que hay mucho pedante que casi viene
a asegurar que no comería ninguna de estas dos cremas de untar ni
aún a riesgo de morir de hambre, me sorprendió que la mayoría
eligiera la Nocilla. Supongo que será por un recuerdo de infancia,
porque en su época infantil la Nutella era desconocida en España.
Porque una vez que pruebas la Nutella es imposible no preferirla a la
Nocilla, con esa suavidad, ese sabor a avellana del que la Nocilla
carece.
Y el visionado de este vídeo, esta reflexión que
hice a raíz de verlo, me llevó a darme cuenta de que soy una
enamorada del universo Kinder. Y es que me gusta la Nutella, los
famosos huevos Kinder con su juguetito dentro, el Kinder Bueno, los
Happy Hipoo, el Kinder chocolate y, por supuesto los huevitos Kinder
Schoko Bons, los protagonista del bizcocho que vamos a preparar hoy.
Si no conocéis este dulce os diré que son unos huevitos con corazón
de leche, trocitos de avellana crujiente en su interior, y
recubiertos de una capa de chocolate. Os aseguro que si los probáis
seréis incapaces de comer sólo uno.
Un bizcocho denso, con intenso sabor a mantequilla
que de repente sorprende con esos bocaditos de Kinder Schoko Bons,
con su sabor a chocolate y ese crujiente de las avellanas del
interior. Por no hablar del glaseado de Kinder Chocolate que lo
acompaña. Os aseguro que es una delicia y, a diferencia de esos
grandes chefs, seamos sinceros y reconozcamos que es un placer por el
que los adultos también pierden la cabeza.
Así que ya sabéis, juntad los ingredientes y
poneos a elaborar un bizcocho perfecto para el desayuno o la merienda
y que está tan bueno que no necesita ni mojarse en leche. (Porque os
lo tengo que confesar, creo que no hay nada que me dé mas asco, pero
asco de arcada, que mojar algo en leche. Bueno, esa miga que se tira
al fregadero y se moja después de abrir el grifo para deshacerse de
ella también me parece asquerosa hasta la nausea).
* Por cierto, Kinder no me paga nada por esta
entrada en el blog, pero si me quiere mandar un lote de productos o
algo...
Ingredientes para
el bizcocho:
- 3 huevos
- 75 g de azúcar
- 200 ml de nata líquida
- 109 g de mantequilla bien blandita (blandita, no derretida)
- 16 -20 Kinder Schoko Bons
- 300g de harina
- Una cucharadita de levadura
Ingredientes para el glaseado:
- 10 chocolatinas Kinder
- 50g de mantequilla
Elaboración del bizcocho:
- Para empezar tenemos que partir los huevitos Kinder Schoko Bons en dos o tres tozos y reservarlos.
- Batirnos los 3 huevos con el azúcar, hasta que consigamos una mezcla más blanca, espumosa y que haya ganado mucho volumen.
- Incorporamos entonces a la mezcla casi toda la nata (nos reservaremos un chorrito para el final, así la mezcla del pastel no quedará tan espesa. Ojo, que líquida tampoco os va a quedar, así que tranquilos si es gordita) y la mantequilla. Toca batir muy muy bien para que no quede ningún grumito de la mantequilla.
- Cuando tengamos lista la masa agregamos los Schoko Bons que teníamos troceados y batimos con suavidad, para que queden incorporados a la masa pero no se destrocen (yo, de todas formas, reservo unos pocos para añadirlos al final).
- Llega el momento de añadir la harina y la levadura (ya tamizadas, por favor) y batir hasta que quede totalmente incorporada.
- Echamos el chorrito de nata que y los Schoko Bons que habíamos reservado antes y acabamos de integrar a mano.
- Sólo nos queda echar la mezcla en un molde engrasado y hornear el bizcocho durante unos 40 minutos, en u horno precalentado a 180ºC.
- Cuando el bizcocho esté listo lo dejamos templar unos 10
minutos en el molde, desmoldamos y lo ponemos a enfriar
completamente sobre una rejilla mientras preparamos el glaseado.
Elaboración del glaseado:
- Tan sencillo como poner en el microondas la mantequilla con las barritas troceadas e irlo fundiendo en intervalos de 30 segundos, revolviendo bien cada vez.
- Cuando esté todo fundido lo dejamos templar un poquito, lo echamos sobre nuestro bizcocho y ya tenemos merienda o desayuno.