viernes, 2 de enero de 2015

Roscón de Reyes


En mi casa somos republicanos, así que Reyes no lo celebramos demasiado. Para el 6 de diciembre ya nos ha visitado el Olentzero y nos ha colmado de regalos, pero para qué os voy a engañar, lo del roscón no lo perdonamos.

Normalmente la gente compra el roscón de Reyes en una gran superficie, un dulce elaborado industrialmente y que, en el mejor de los casos, tiene una masa ligeramente esponjosa que no sabe a nada. Y digo en el mejor de los casos porque es aún peor cuando lleva tanto azahar que echa para atrás. Por no hablar de esa espuma que lo rellena a la que llaman nata o los ingredientes de dudosa calidad entre los que abundan las levaduras y las grasas trans. Es cierto que en muchas pastelerías podemos encontrar roscones de calidad, aunque en la mayoría de los casos su precio es elevado. ¿Por qué no hacerlo entonces en casa nosotros mismos?

Eso sí, tened en cuenta que para tener el roscón listo para comer nada más despertarnos hay que empezar a elaborar el roscón dos días antes, con la preparación del prefermento. La mayor dificultad la encontraremos en conseguir la paciencia para respetar los tiempos del levado de la masa y en el momento del amasado. Sí, hay que amasar bien para obtener una masa esponjosa. Pero no os preocupéis, si no tenéis experiencia podéis utilizar la técnica del micro amasado: sin sacar la masa del bol, la plegamos unas cuatro veces sobre sí misma y la dejamos reposar durante diez minutos. Repetimos esta operación cinco veces y listo.

Como veis, sólo es cuestión de organizarse, porque siguiendo la receta (y respetando las cantidades y no metiendo mantequilla baja en grasa o sacarina) es casi imposible que el roscón de Reyes os salga mal. Y comer un dulce hecho con vuestras propias manos será tan satisfactorio como abrir los regalos que habréis encontrado debajo del árbol.

Ingredientes para el prefermento:
  • 70 gr de leche entera
  • 10 gr de levadura fresca de panadería
  • 1 cucharadita de azúcar
  • 130 gr de harina de fuerza

Ingredientes para la masa:
  • 60 gr de leche entera
  • 70 gr de mantequilla a temperatura ambiente
  • 2 huevos medianos
  • 20 gr de levadura fresca de panadería
  • 30 gr de agua de azahar
  • 450 gr de harina de fuerza
  • 1 pizca de sal
  • 120 gr de azúcar glas 
  • Un chorrito de Cointreau
  • Ralladura de limón
  • Ralladura de naranja

Ingredientes para la decoración:
  • Huevo batido
  • Azúcar humedecido con unas gotas de agua y Cointreau
  • Gajos o rodajas de naranjas
  • Guindas en almíbar

Ingredientes para el relleno:
  • 250 ml de nata 35% materia grasa
  • Azúcar al gusto

Elaboración del prefermento:
  • Empezamos por templar un poco la leche y deshacemos la levadura en ella.
  • Mezclamos la leche con el resto de los ingredientes, amasamos hasta que quede liso y formamos una bola tensa.
  • Dejamos reposar nuestra bola de masa toda la noche en la nevera, tapada con film transparente.

Preparación de la leche:
  • Colocamos la leche al fuego con la ralladura de limón y naranja y dejamos infusionar.
  • Retiramos del fuego, y cuando la leche esté templada añadimos el agua de azahar y el chorrito de Cointreau. Lo tapamos con film transparente y dejamos reposar toda la noche en la nevera.
  • (Este paso es opcional, pero yo creo que preparar así la leche el día antes da mucho más sabor al roscón).

Elaboración de la masa:
  • Cuando nuestro prefermento ha pasado al menos 8 horas en la nevera llega el momento de empezar con el roscón en sí. Comenzamos templando un poco la leche que teníamos reservada y desmenuzamos la levadura en ella.
  • Tamizamos la harina en un bol y vamos añadiendo los huevos, el azúcar, la mantequilla, una pizca de sal, la leche aromatizada con la levadura y el prefermento que teníamos reservado. (Todos los ingredientes, vamos)
  • Mezclamos todo hasta que empiece a integrarse. Es entonces cuando pasmos la masa a una mesa ligeramente engrasada con aceite y empezamos a amasar, plegando la masa sobre sí misma. (Si veis que la masa se os pega mucho a las manos podéis poner un poco de aceite en ellas).
  • Cuando notéis que vuestra masa está lisa y elástica haced una bola con ella, lo más tensa posible, y dejadla reposar hasta que doble su volumen. (Esta operación os llevará 5 horas como mínimo).
  • Una vez que la masa ha duplicado su volumen la desgasamos dándole un ligero amasado de segundos y la dejamos reposar 5 minutos. (con esto nos sale un roscón grande, si queréis dos más pequeños sólo tenéis que dividir la masa por la mitad y formar dos bolas con ella, que dejaremos reposar).
  • Pasado ese tiempo llega el momento de darle forma de roscón. Para ello sólo tenemos que introducir los dedos en el centro e ir agrandando el agujero haciendo girar la masa entre nuestras manos, con cuidado de no romperla. 
  • Colocamos nuestro roscón en una bandeja de horno forrada con papel vegetal, procurando que nos quede lo más centrado y redondo posible. En el agujero del roscón colocamos un aro, una taza o un bol, para evitar que se cierre el agujero cuando la masa fermente.
  • Dejamos reposar el roscón hasta que doble su volumen, al menos durante unas dos horas.
  • Cuando esté listo pintamos el roscón con huevo batido, muy suavemente, para evitar pincharlo y que se deshinche y lo adornamos con azúcar humedecido con unas gotas de agua y Cointreau y frutas confitadas.
  • Cocemos nuestro roscón entre 15 y 18 minutos en horno precalentado a 200ºC, con calor arriba y abajo. Pasado ese tiempo bajamos la temperatura a 180ºC y horneamos otros 10 minutos.
  • Sacamos nuestro roscón del horno y dejamos que se enfríe sobre una rejilla.

Elaboración del relleno:
  • Tan sencillo como añadir azúcar a la nata bien fría y montar. (No os paséis con las varillas; la nata tiene que quedar con cierta consistencia, pero no convertirse en mantequilla...)
  • Si preferís un relleno de trufa sólo tenéis que añadir unos 100 gramos de chocolate derretido y templado a la nata y montarla.
  • Yo aprovecho el momento de rellenar el roscón para poner el haba o la figurita, envuelta en un poco de papel film.

Conservación:
  • Lo sentimos, para desayunarlo la mañana de Reyes. Y si sobra, en el postre de la comida.
  • Tened en cuenta que si vuestro roscón va relleno de nata o trufa hay que conservarlo en la nevera y no durará tanto.


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