domingo, 23 de febrero de 2014

Pollo asado con pastel de patata, cebolla y puerro



Soy de gustos sencillos y el pollo asado es uno de mis platos preferidos. Sé que hay gente que dice que no sabe a nada, que no sabe como los de antes. Puede que tengan razón, pero creo que en gran parte es porque no compran el producto adecuado ni lo hacen con la receta más indicada. Pues eso se acabó, porque yo tengo la receta del pollo asado perfecto.

El mérito no es mío. Para empezar, la elaboro con pollo de corral. Y para continuar, sólo copio una receta de Jöel Robuchon, un chef francés con una constelación de estrellas Michelín. No os asustéis por la cantidad de ingredientes que vienen en la receta, ni por el entrar y salir del horno. Sólo hay que estar un poco pendientes de los tiempos para que la receta sea todo un éxito.

Respecto a la guarnición, ¿hay algo que case mejor con el pollo asado que unas patatas fritas? La respuesta es fácil; no. Pero hoy he querido darle una vuelta y me he decantado por un pastel de patata, cebolla y puerro. También muy fácil de hacer. ¿Nos ponemos a cocinar?

Ingredientes para el pollo:
  • Un pollo de corral, de caserío, pitu caleya o como lo queráis llamar.
  • 4 cucharadas de mantequilla a temperatura ambiente
  • 4 cucharaditas de sal
  • 4 cucharaditas de pimienta negra
  • 2 cucharaditas de tomillo
  • 2 cucharaditas de romero
  • El zumo de medio limón
  • 1 cebolla pequeña
  • 4 dientes de ajo
  • 1 chorrito de aceite de oliva
  • 4 cucharadas de vino blanco
  • 2 cucharadas de agua

Ingredientes para el pastel de patata, cebolla y puerro:
  • 4 patatas no muy grandes
  • 1 cebolla pequeña
  • 1 puerro
  • 1 poco de queso gruyère rallado
  • 1 brik de leche evaporada
  • 1 huevo
  • Pimienta 
  • Sal

Elaboración del pollo:
  • Ponemos el horno a precalentar a 220ºC. 
  • En un cuenco mezclamos la mantequilla, la sal, la pimienta, el romero, el tomillo y el zumo de limón. 
  • Cogemos nuestro pollo, que tendrá que estar limpio y a temperatura ambiente, y lo embadurnamos bien con la mezcla de mantequilla y especias. Sin miedo, como si le estuviéramos dando un masaje, que se impregne bien. Y no os olvidéis de echar un poco de la mezcla en el interior. 
  • Cortamos la cebolla en 8 trozos, aplastamos los dientes de ajo y lo metemos, junto con el medio limón que hemos exprimido antes, dentro del pollo. 
  • Colocamos el pollo de lado, sobre uno de los muslos, en una fuente horno en la que quepa justito. Echamos un chorrito de aceite por encima e introducimos en el horno durante unos 25 minutos. A mitad de cocción lo salseamos con los jugos que haya soltado. 
  • Tras esos 25 minutos sacamos el pollo del horno y le damos la vuelta, para que quede acostado sobre el otro muslo. (Procurad hacerlo sin pinchar el pollo, para que no pierda jugos). Regamos el pollo con las 4 cucharadas de vino blanco y las dos de agua. Metemos de nuevo el pollo al horno durante 25 minutos, salseando cuando haya pasado la mitad del tiempo. 
  • Pasados los 25 minutos sacamos de nuevo el pollo y lo colocamos con la pechuga hacia arriba. Salseamos y lo volvemos a meter al horno durante unos 15 minutos. 
  • Tras ese cuarto de hora sacamos el pollo del horno y le damos la vuelta, dejando ahora la pechuga hacia abajo. Salseamos y metemos al horno durante 5 minutos más. 
  • Sacamos el pollo del horno y lo dejamos reposar unos 10 minutos, antes de comerlo. Para asegurarnos de que no se enfría, podemos taparlo con papel albal. 
  • En la receta de Jöel Robuchon se reduce la salsa del pollo, pero a mí me gusta la consistencia con la que ha quedado. Eso, a vuestro gusto.

 Elaboración del pastel de patata, puerro y cebolla:
  • Empezamos por cortar en rodajas las patatas, la cebolla y el puerro. Yo lo hago con una mandolina, para que todas las rodajas me quedan finas y con el mismo grosor. Así podemos estar seguros de que se nos va a hacer bien en el horno y no nos va a quedar nada crudo. Pero si no tenéis mandolina no pasa nada, a darse maña con el cuchillo... 
  • Sobre una fuente de horno (que no sea muy grande) extendemos una capa de patata, salpimentamos, ponemos una capa de mezcla de cebolla y puerro y echamos un poco de gruyère rallado. 
  • Repetimos el proceso hasta terminar, con una capa de patata. 
  • Batimos la leche evaporada con el huevo, sal y un poco de pimienta. Echamos por encima de nuestras capas de patata, cebolla y puerro y rematamos con un poco de gruyère rallado. 
  • Metemos al horno precalentado a 210ºC, y horneamos unos 45 minutos, o hasta que al pinchar la patata esté blanda.

Degustación:
  • Es importante que calculéis bien el tiempo para que el pollo y el pastel estén listos para la hora de comer. Porque no nos engañemos, este plato se come caliente o no está igual de rico...



jueves, 13 de febrero de 2014

Bundt cake de plátano


Para un ser extraño y con poco criterio como yo, a quien la fruta le gusta más tirado a verde que madura, no hay nada peor que escuchar esa frase tan mítica de los padres que dice "al plátano no le pasa nada, si le quitas lo negro se puede comer perfectamente". Pero es verdad. 

A pesar de todo, a mí no me gusta ni la textura ni el sabor del plátano muy maduro, así que para aprovechar cuatro que tenía ya ennegrecidos, después de pasar unos días fuera de casa, he decidido hacer con ellos un bunt cake. 

¿Pero qué es un bunt cake? Pues un bizcocho que se ha horneado en un molde para bundt. Estos moldes tienen una característica chimenea estriada, que permite que la masa del bizcocho se hornee por completo y uniformemente. Hablamos de bizcochos que, por norma general, son muy húmedos y con una característica corteza crujiente y perfecta.

Ingredientes:
  • 390 gr harina
  • 250 gr mantequilla a temperatura ambiente
  • 250 gr azúcar
  • 3 huevos medianos, a temperatura ambiente
  • 3 o 4 plátanos muy maduros, hechos puré
  • 250 gr de yogur natural
  • 75 gr de coco rallado
  • 2 cucharaditas de bicarbonato sódico (Tiene que ser bicarbonato sódico, no vale la levadura. En Mercadona venden gasificante para repostería. En la caja vienen unos sobrecitos morados y otros blancos. El MORADO es bicarbonato sódico, que es lo que necesitamos para esta receta. El blanco es cremor tártaro, que podemos usar como estabilizante para las claras de huevo cuando montamos merengue, glasa real para decorar galletas, soufflés o para conseguir una nata montada más firme).
  • 1/2 cucharadita sal
  • 1 chorrito de ron 

Elaboración: 
  • Empezamos tamizando en un bol la harina, el bicarbonato sódico y la sal, y reservamos. 
  • Batimos la mantequilla hasta que esté cremosa. Entonces añadimos el azúcar y batimos a velocidad media, hasta que la mantequilla haya blanqueado y quede esponjosa. 
  • Añadimos los huevos uno a uno (Uno a uno. Que no os entren las prisas; no añadáis el siguiente hasta que el anterior esté totalmente integrado), y batimos a velocidad media. 
  • Llegó el momento de echar el chorrito de ron. Entiendo que un chorrito no es una medida muy precisa, así que esto va a ojo. Pero no echéis como para una boda... 
  • Añadimos el puré de plátano y batimos. A esta mezcla le incorporamos la mitad de la mezcla de harina, bicarbonato y sal, y batimos hasta que tengamos una masa homogénea. 
  • Añadimos el yogur, y cuando se haya incorporado, el coco rallado sin dejar de batir. Sé que hay mucha gente a la que no le gusta el coco y, aunque no lo entiendo, lo respeto. Si no queréis echar coco, no lo echéis, aunque el bundt no queda igual de rico. Palabra. También podéis sustituirlo, si os gustan, por nueces troceadas. Pero a mí me sigue pareciendo que queda mejor con coco... 
  • Ya sólo nos queda incorporar el resto de la harina y batir hasta que tengamos una mezcla bien trabada. 
  • Echamos esta mezcla en el molde. Yo tengo un molde de bundt auténtico, de los de Nordic Ware, así que no es necesario engrasarlo. Si vosotros no lo tenéis, no pasa nada. Hacerlo en un molde de los que tienen un agujero en el medio y engrasarlo antes de verter la mezcla. Lo metemos al horno precalentado a 180ºC, con calor arriba y abajo, unos 70 minutos o hasta que al pincharlo el cuchillo salga totalmente limpio. Otra cosa MUY IMPORTANTE; el molde lo ponemos a media altura, sobre la rejilla del horno, nunca sobre una bandeja. Si lo ponemos sobre una bandeja el cono central del molde de bundt no serviría para nada, ya que impediríamos la circulación del aire caliente, con lo que el horneado del centro no sería uniforme. 
  • Sacamos del horno y dejamos enfriar unos 15 minutos. Pasado ese tiempo, le damos la vuelta al molde sobre una rejilla, y lo dejamos enfriar del todo antes de desmoldarlo.

Conservación:  
  • Este bundt se conserva perfectamente unos cinco días. 
  • Y sí, se puede congelar... Se puede cortar en porciones y aguanta perfectamente en el congelador unos dos meses. Para consumirlo sólo hace falta sacarlo del congelador la noche anterior y dejarlo a temperatura ambiente. 






martes, 4 de febrero de 2014

Boquerones en vinagre


Hay cosas que nos encantan, pero que, por vagancia, las compramos en el súper en vez de hacerlas en casa. Es el caso de la pizza, el flan o los boquerones. Pero yo nunca he comprado unos boquerones envasados que estén tan ricos como los que se hacen en casa.

Para mí, boquerones son solamente los que se hacen en vinagre. Al pececillo con el que se elaboran siempre lo he conocido como anchoa. Qué le voy a hacer si en Euskadi se le llama así... Por eso nunca digo "boquerones en vinagre", por eso siempre digo "boquerones". Por eso me pase una mañana entera discutiendo con un compañero de trabajo sobre la forma correcta de denominar a esta preparación y el pescado con el que se elabora, consulta a la Real Academia Española incluida...

En fin, vamos con la receta, que es bastante sencilla.

Ingredientes:
  • 1/2 kilo de boquerones 
  • Vinagre de vino blanco (Que sea de una calidad un poco más que decente, por favor...)
  • Sal
  • 1, 2, 3 dientes de ajo. Al gusto, vamos...
  • 1 manojo de perejil
  • Aceite de oliva virgen extra

Elaboración:
  • Lo primero es bajar a la pescadería y comprar unos boquerones (o anchoas) muy frescos. De vuelta a casa les quitamos la espina, la cabeza y las tripas, los lavamos y los dejamos en agua muy fría unos 10 minutos para que desangren. 
  • Cuando ya los tengamos listos hay que congelarlos. Sí, amigos, hay que evitar el anisakis, que no se elimina con el marinado en vinagre. Para evitarlo los expertos dicen que se debe congelar el pescado, sin vísceras, ni cabeza, durante unas 48 horas. A mí me encantan, así que siempre suelo tenerlos en el congelador para poder prepararlos cuando quiera.
  • El descongelado también es un paso importante para que queden perfectos. Hay que hacerlo en la nevera, en un recipiente tapado, y con el pescado sobre una rejilla, para que no quede aguado.
  • Cuando ya los tengamos descongelados los pasamos a un recipiente, les echamos un poco de sal y los bañamos con el vinagre, hasta que queden bien cubiertos. Hay gente que además del vinagre les echa una parte de agua, pero yo no. Me parece que quedan mucho mejor sólo con el vinagre.
  • Dejamos que los boquerones se maceren en el vinagre unas 4 horas. Va a depender mucho del tamaño, pero no los tengáis demasiado tiempo "a remojo" o quedarán babosos. En cuanto se pongan blanquecinos, están listos. (Mirad que los boquerones que utilizáis son más o menos del mismo tamaño. Si no unos quedarán crudos y otros se harán demasiado)
  • Retiramos el vinagre, pasamos tres segundos por debajo del agua, ¡tres!, secamos un poco los boquerones y los pasamos a un plato o fuente. Picamos el ajo y perejil, espolvoreamos con ello los boquerones y los cubrimos de aceite de oliva virgen extra. Y sí, antes de comerlos hay que dejar que reposen por lo menos tres horas en ese aceite...

Degustación:
  • A mí me gusta comerlos como te los ponen cuando vas de cañas por Madrid, con patatas fritas de bolas, aceitunas y panecillos. Acompañados de una cerveza bien fría, claro.