Tiramisú. El postre italiano por excelencia que ha conquistado las cocinas de todo el mundo. Y a pesar de ese éxito espectacular os tengo que decir que no es un postre tradicional. Y es que parece ser que el origen del tiramisú lo encontramos en los burdeles de Treviso en los años 50 del pasado siglo.
La mayoría de estos locales contaban con cocinero, y a mitad de noche la madame ofrecía a clientes y trabajadoras un dulce a base de bizcochos, café, huevos batidos y cacao a modo de tentempié, un bocado para que "tirara" de ellos y no se acabará la noche. Como véis el tiramisú, en un primer momento, no llevaba queso mascarpone, ya que las grasas ralentizan la digestión, provocando el efecto contrario, que te entre el sueño.
Fue a partir de los años 90 cuando parece que se empezó a incorporar el queso, y ahora no entendemos el mascarpone sin él. Más añadidos: el vino de marsala. Aunque el tiramisú original tampoco lo llevaba se ha ido incorporando a diversas recetas a lo largo de los años y le da un toque de gracias, qué queréis que os diga.
Así que nos metemos en la cocina para preparar este postre italiano de hace tres días que ha conseguido que creamos que es de toda la vida. Sin necesidad de encender el horno y tan fácil que hasta el más torpe puede hacerlo. Vamos.
La mayoría de estos locales contaban con cocinero, y a mitad de noche la madame ofrecía a clientes y trabajadoras un dulce a base de bizcochos, café, huevos batidos y cacao a modo de tentempié, un bocado para que "tirara" de ellos y no se acabará la noche. Como véis el tiramisú, en un primer momento, no llevaba queso mascarpone, ya que las grasas ralentizan la digestión, provocando el efecto contrario, que te entre el sueño.
Fue a partir de los años 90 cuando parece que se empezó a incorporar el queso, y ahora no entendemos el mascarpone sin él. Más añadidos: el vino de marsala. Aunque el tiramisú original tampoco lo llevaba se ha ido incorporando a diversas recetas a lo largo de los años y le da un toque de gracias, qué queréis que os diga.
Así que nos metemos en la cocina para preparar este postre italiano de hace tres días que ha conseguido que creamos que es de toda la vida. Sin necesidad de encender el horno y tan fácil que hasta el más torpe puede hacerlo. Vamos.
Ingredientes:
- 2 claras de huevo
- 4 yemas de huevo
- 100 g de azúcar
- 400 g de queso mascarpone
- 200 g de bizcochos de soletilla o de huevo
- 175 g de café
- 2 cucharadas de vino marsala
- Cacao en polvo para espolvorear
Elaboración:
- En primer lugar tenemos que preparar un café bien fuerte y lo dejamos enfriar.
- Mientras, montamos las claras a punto de nieve y las reservamos.
- En un bol grande batimos las yemas con el azúcar hasta que nos queden espumosas.
- Cuando las tengamos añadimos el mascarpone poco a poco y seguimos batiendo a poca velocidad.
- Cuando estén bien integradas incorporamos las claras montadas, mezclándolas con una espátula realizando movimientos envolventes.
- Mezclamos el café con el marsala y en una fuente ponemos una capa de bizcochos empapados en la mezcla.
- Cubrimos los bizcochos con una capa de crema de mascarpone y espolvoreamos con cacao en polvo.
- Ponemos otra capa de bizcochos empapados en café y marsala, otra capa de crema de mascarpone y volvemos a espolvorear con cacao en polvo.
- Guardamos el mascarpone en la nevera un mínimo de tres horas, aunque mejor si es toda la noche, para que coja cuerpo.
- Y ya tenemos nuestro tiramisú listo para servir.
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