Recuerdo el estreno de la serie Twin Peaks como si fuera ayer. Estábamos cenando pollo asado en la cocina, con la tele encendida en Tele5, cuando de repente apareció Ronette Pulaski, caminando en camisón y estado de shock por las vías del tren. Y en ese mismo momento mis padres decidieron que aquella no era una serie apta para unos niños que no habían llegado a los 10 años, o apenas los habían superado.
Fue años después, durante la carrera, cuando vi aquella serie que ya había idealizado y magnificado en mi imaginación y recuerdo; "¿quién mató a Laura Palmer?" era ya mucho más que una pregunta para promocionar una serie. Así que me simetrías de lleno en la historia del agente Dale Cooper, que llega a Twin Peaks, un pueblo plagado de excéntricos habitantes, para investigar la muerte de la popular chica.
Supongo que, como la mayoría, sentí amor incondicional por la serie en un principio, para pasar a cierta recepción según se acercaba el final y la cosa se iba volviendo más surrealista. Pero lo que me llamó mucho y en todo momento la atención fue que, mucho tiempo antes Tony Soprano (de los Soprano) convirtiese los spaghetti con albóndigas en un icono o Frank Underwood (de Housecof cards) hiciera de las costillas de Freddy's un placer oculto, el agente Cooper ya había transformado la tarta de cerezas del Double “R” Diner en objeto de deseo.
Pues bien, aprovechando que todavía estamos en temporada de cerezas vamos a preparar esa tarta que el agente Cooper devoraba, junto con una taza de café, siempre que tenía ocasión. ¿Los secretos para el éxito? Unas cerezas de buena calidad y hacer la masa quebrada nosotros mismos. La que venden en el super es un atajo que nos puede sacar de un apuro, pero nada que ver con una hecha en casa. Manos a la obra.
Fue años después, durante la carrera, cuando vi aquella serie que ya había idealizado y magnificado en mi imaginación y recuerdo; "¿quién mató a Laura Palmer?" era ya mucho más que una pregunta para promocionar una serie. Así que me simetrías de lleno en la historia del agente Dale Cooper, que llega a Twin Peaks, un pueblo plagado de excéntricos habitantes, para investigar la muerte de la popular chica.
Supongo que, como la mayoría, sentí amor incondicional por la serie en un principio, para pasar a cierta recepción según se acercaba el final y la cosa se iba volviendo más surrealista. Pero lo que me llamó mucho y en todo momento la atención fue que, mucho tiempo antes Tony Soprano (de los Soprano) convirtiese los spaghetti con albóndigas en un icono o Frank Underwood (de Housecof cards) hiciera de las costillas de Freddy's un placer oculto, el agente Cooper ya había transformado la tarta de cerezas del Double “R” Diner en objeto de deseo.
Pues bien, aprovechando que todavía estamos en temporada de cerezas vamos a preparar esa tarta que el agente Cooper devoraba, junto con una taza de café, siempre que tenía ocasión. ¿Los secretos para el éxito? Unas cerezas de buena calidad y hacer la masa quebrada nosotros mismos. La que venden en el super es un atajo que nos puede sacar de un apuro, pero nada que ver con una hecha en casa. Manos a la obra.
Ingredientes para la masa quebrada:
- 300 g de harina
- 200 g de mantequilla fría en daditos
- 2 cucharada colmada de azúcar
- 1 pizca de sal
- 100 g de agua helada
- 1 huevo batido para pintar la masa
Ingredientes para el relleno:
- 800 g de cerezas deshuesadas (más o menos 900 g de cerezas enteras)
- 200 g de azúcar
- 1 vaina de vainilla (las semillas)
- 1 cucharadita de canela en polvo
- 3 cucharadas de maizena
Maceración de las cerezas:
- Lo primero que tenemos que hacer es preparar las cerezas del relleno, que tendrán que macerar al menos 4 horas o, mejor, de un día para otro.
- Así que deshuesamos las cerezas, yo lo hago con ayuda de una pajita, y en un bol las mezclamos bien con el azúcar, las semillas de vainilla y la canela.
- Y ya sabéis, a dejarlas macerar toda la noche
Elaboración de la masa quebrada:
- En un bol colocaremos la harina, el azúcar, la sal y los cubitos de mantequilla y mezclaremos con las manos hasta conseguir una mezcla con aspecto de arena mojada.
- Cuando lo tengamos vamos incorporando el agua fría poco a poco, hasta conseguir una masa homogénea que no se nos pegue a las manos.
- Dividimos la masa en dos partes iguales (una para la base de la tarta y otra para la "tapa"), las envolveremos en film transparente y dejamos que repose en la nevera al menos media hora.
Montaje de la tarta:
- Pasado el tiempo de reposo sacamos una de las bolas de masa quebrada de la nevera y la estiramos sobre una superficie ligeramente enharinada hasta dejarla con un grosor de unos 3 milímetros.
- Cubrimos un molde con la masa (yo utilizo uno desmoldable y no lo engraso ni nada, pero si queréis aseguraos de que la tarta se desmolda bien podéis hacerlo) y suavemente la sentamos bien en las paredes y el fondo del molde. Pasamos el rodillo por los bordes del molde para cortar fácilmente la masa sobrante.
- Metemos el molde a la nevera mientras echamos 3 cucharadas de maizena a las cerezas maceradas y mezclamos bien, sin que nos queden grumos.
- Sacamos la otra bola de masa quebrada de la nevera y repetimos la misma operación que con la primera: la estiramos sobre una superficie ligeramente enharinada hasta dejarla con un grosor de unos 3 milímetros.
- A partir de ahí, imaginación al poder. Podéis cortar la masa con un cortapastas como he hecho yo o decidir hacer el enterado clásico, cortando unas 16 tiras de masa quebrada y alternarlas arriba y abajo para cerrar nuestra tarta. Sacamos el molde de la nevera, lo rellenamos con las cerezas maceradas y ponemos la parte de arriba que hayamos decidido para nuestra tarta.
- Cuando la tengáis lista meted el molde a la nevera (si la masa está fría no escogerá al cocerse en el horno) poned a precalentado el horno a 205°C si es con aire o a 220°C si es sin ventilador.
- Cuando tengamos el horno bien caliente sacamos la tarta de la nevera y la pintamos bien con huevo batido.
- La metemos en la parte inferior durante 15 minutos y pasado ese tiempo bajamos la temperatura a 180°C si es con aire, o a 200 ºC sin aire, y lo dejamos hornear otros 30 minutos mas, hasta ver que nuestra tarta está completamente doradita. Cuando esté lista sacamos el molde del horno y dejamos enfriar completamente la tarta sin desmoldar.
- Cuando esté completamente fría sólo nos queda servir y disfrutar. (Ya os he dicho que yo la hago en un molde desmoldable, pero si el vuestro no lo es no pasa nada, servirlo directamente en el molde, que es como se suele hacer en Estados Unidos).
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