Según
algunos, la masa de churros la introdujeron en Europa los portugueses
de china y otros aseguran que es un invento de los pastores españoles,
que al no tener horno para cocer pan en el campo empezaron a freír la
masa. Sea como fuere los churros triunfaron en toda España y con la
conquista de América cruzaron el charco y
se extendieron a lo largo de América Latina, adaptándose a los gustos y
tradiciones locales. En México los espolvorean con canela, en Uruguay
los acompañan de queso, y en Argentina, Chile, Perú o Panamá los
rellenan de dulce de leche. En los últimos años se han extendido, como
parte del auge de
lo latino, en Estados Unidos. Y en Japón,
donde adoptan las formas y colores más fantásticos y se venden como un
artículo más, en conocidas cadenas de tiendas de donuts, supermercados y
mercadillos callejeros tradicionales, tienen mucho éxito.
Para
nosotros son casi inseparables de una buena taza de chocolate. Habrá a
quién los churros le recuerden a la mañana de Año Nuevo. Habrá quienes
los relacionen con las meriendas de su infancia. Pero para mí los
churros son mañanas de domingo en Madrid, después de toda la noche de
fiesta y sin dormir, cuando algún amigo venía de visita y había que ir a
desayunar a la Chocolatería San Ginés.
Pero
si no estáis en Madrid no os preocupéis, podéis hacer churros en
vuestra propia cocina, en el mismo tiempo, o menos, del que empleáis en
bajar a la churrería a por ellos. Y además, todos los ingredientes los
tenéis a mano, seguro. Así que no hay escusa para no ponerse con esta
receta.
Ingredientes:
- 2 vasos de harina (de la normal)
- 2 vasos de agua hirviendo
- 1/2 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- Aceite para freír
- Azúcar para espolvorear
Elaboración:
- Empezamos con algo fácil, poniendo la harina en un bol con el bicarbonato y la sal.
- Añadimos de golpe el agua hirviendo y mezclamos bien, hasta que quede una masa ligada, sin grumos, espesa y dura.
- Pasamos la masa a una manga con boquilla grande de estrella (oye, que si tenéis churrera, perfecto) y formamos los churros. Podemos hacerlos en forma de lazo o de palo, lo que prefiráis, y los vamos colocando sobre papel vegetal.
- Cuando el aceite este caliente freímos los churros.
- Sacamos los churros y los vamos poniendo sobre papel absorbente, aunque la verdad es que estos churros no absorben demasiada grasa.
- Servimos con azúcar espolvoreada y chocolate a la taza.