domingo, 28 de febrero de 2016

Churros


Según algunos, la masa de churros la introdujeron en Europa los portugueses de china y otros aseguran que es un invento de los pastores españoles, que al no tener horno para cocer pan en el campo empezaron a freír la masa. Sea como fuere los churros triunfaron en toda España y con la conquista de América cruzaron el charco y se extendieron a lo largo de América Latina, adaptándose a los gustos y tradiciones locales. En México los espolvorean con canela, en Uruguay los acompañan de queso, y en Argentina, Chile, Perú o Panamá los rellenan de dulce de leche. En los últimos años se han extendido, como parte del auge  de lo latino, en Estados Unidos. Y en Japón, donde adoptan las formas y colores más fantásticos y se venden como un artículo más, en conocidas cadenas de tiendas de donuts, supermercados y mercadillos callejeros tradicionales, tienen mucho éxito.

Para nosotros son casi inseparables de una buena taza de chocolate. Habrá a quién los churros le recuerden a la mañana de Año Nuevo. Habrá quienes los relacionen con las meriendas de su infancia. Pero para mí los churros son mañanas de domingo en Madrid, después de toda la noche de fiesta y sin dormir, cuando algún amigo venía de visita y había que ir a desayunar a la Chocolatería San Ginés.

Pero si no estáis en Madrid no os preocupéis, podéis hacer churros en vuestra propia cocina, en el mismo tiempo, o menos, del que empleáis en bajar a la churrería a por ellos. Y además, todos los ingredientes los tenéis a mano, seguro. Así que no hay escusa para no ponerse con esta receta.

Ingredientes:
  • 2 vasos de harina (de la normal)
  • 2 vasos de agua hirviendo
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • Aceite para freír
  • Azúcar para espolvorear

Elaboración:
  • Empezamos con algo fácil, poniendo la harina en un bol con el bicarbonato y la sal.
  • Añadimos de golpe el agua hirviendo y mezclamos bien, hasta que quede una masa ligada, sin grumos, espesa y dura.
  • Pasamos la masa a una manga con boquilla grande de estrella (oye, que si tenéis churrera, perfecto) y formamos los churros. Podemos hacerlos en forma de lazo o de palo, lo que prefiráis, y los vamos colocando sobre papel vegetal.
  • Cuando el aceite este caliente freímos los churros.
  • Sacamos los churros y los vamos poniendo sobre papel absorbente, aunque la verdad es que estos churros no absorben demasiada grasa. 
  • Servimos con azúcar espolvoreada y chocolate a la taza.


domingo, 21 de febrero de 2016

Pan naan


De una forma u otra, el pan está presente en todas las culturas. En la India los panes suelen ser planos, con poca levadura y cocidos en un tandoor, sobre una chapa metálica muy caliente o se fríen en sartén. Además, en su elaboración, muchas veces se utilizan harinas de legumbres o arroz, en vez de trigo, y se incorpora como grasa el ghee, una especie de mantequilla clarificada.

Entiendo que la mayoría de vosotros no tiene ghee en la nevera. Comprendo que la mayoría de vosotros no tiene harina de garbanzos en la despensa. Sé que la mayoría de vosotros no tiene un horno tandoor en casa (¡y si lo tenéis, invitadme a usarlo, por favor!) No pasa nada, yo tampoco y he conseguido elaborar un pan más que digno. La mantequilla derretida, sin más, os hará el apaño (oye, que si queréis poneos a clarificarla, perfecto). Este pan se elabora con harina de trigo y en una sartén vuelta y vuelta queda perfecto. Es casi imposible que aquí comáis un pan naan tan rico como el que se elabora en la India, pero no pasa nada por coger una receta de otro país y adaptarla a los ingredientes y herramientas de las que disponemos en casa. No se trata de hacer comida fusión, sino de hacer una copia lograda de algo perfecto con lo que tenemos a mano.

Vamos con la receta. Es fácil y relativamente rápida, y tendréis un pan perfecto para acompañar, por ejemplo, el pollo al curry.

Ingredientes (para 6 panes):
  • 300 g de harina de fuerza
  • 3 g de levadura seca de panadero
  • 1 yogur natural
  • 75 ml de agua tibia
  • 28 g de mantequilla derretida tibia
  • 1/2 cucharadita de sal

Elaboración:
  • En un bol grande añadimos todos los ingredientes (si tamizamos ates la harina, mejor) y comenzamos a mezclar con una espátula de madera hasta conseguir una masa lisa que no se pegue en las manos.
  • Hacemos una bola con nuestra masa y la metemos dentro de un bol untado con un poco de aceite, lo tapamos con un film transparente y dejamos que repose a temperatura ambiente durante 1 hora.
  • Pasada la hora, sacamos la masa y la colocamos sobre la encimera ligeramente enharinada y hundimos los dedos suavemente para desgasificarla. 
  • Dividimos la masa en 6 partes iguales y con cada porción hacemos una bola pequeña. 
  • Con la ayuda de un rodillo vamos aplanando y dando forma circular a la masa, hasta conseguir un círculo de medio centímetro de grosor más o menos.
  • Una vez tengamos todos los panes preparados, ponemos una sartén a fuego medio y vamos tostándolos durante un minuto o minuto y medio por cada lado, hasta que queden doraditos.

Conservación:
  • Este pan aguanta un par de días dentro de una caja de lata bien cerrada o envuelto en papel de aluminio.








domingo, 14 de febrero de 2016

Cocido

Ya es tiempo de platos de cuchara y para mí uno de los mejores es el cocido. Así que cuando surgió el plan no lo dudé, y hace un par de fines de semana fui con unos amigos a comer cocido maragato a Castrillo de los Polvazares, León.
El pueblo, no lo voy a negar, es pintoresco. Pero si vais con ganas de tomar el vermú de bar en bar, antes de poneos con le cocido, olvidaos. Allí sólo hay tres o cuatro sitios entre los que elegir y no en todos tienen un bar en el que te puedas sentar a tomar el aperitivo.

Pero bueno, supongo que lo que importa es el cocido, y hay que reconocer que el que tomamos estaba riquísimo. No sé si lo sabéis, pero el cocido maragato se empieza a comer al revés: primero las carnes, luego los garbanzos y el repollo o berza y para acabar la sopa. Si como a mí os encantan la sopa y los garbanzos cortaos un poco con las carnes, o no seréis capaces de acabar el menú.

No voy a contaros cómo se hace el cocido maragato. Ni el madrileño, ni montañés ni castellano. Os voy a contar cómo hago yo el cocido y puede que no se parezca en nada al de vuestra abuela o vuestra madre. De hecho, ni siquiera se parece al cocido que hace mi padre. Así que echad un vistazo a la receta, coged lo que más os guste y a por vuestro propio cocido.

Ingredientes:
  • 250 g de garbanzos
  • 4 litros de agua
  • 1 hueso de ternera
  • 1 hueso de cerdo
  • 1 muslo de pollo
  • 500 g de morcillo
  • 1 trozo de tocino
  • 1 trozo de jamón
  • 1 morcilla
  • 2 chorizos
  • 1 cebolla
  • 3 zanahorias
  • 1 tomate
  • 3 patatas pequeñas
  • 1 berza o repollo
  • Pasta para la sopa

Elaboración:
  • La noche antes de hacer el cocido no se nos puede olvidar poner a remojo los garbanzos, con un puñado de sal gorda para que luego no se encallen en la cocción.
  • El día en que vayamos a hacer el cocido empezamos por poner en una olla grande los huesos de ternera y cerdo, el muslo de pollo, el morcillo, el tocino, el jamón la morcilla y los chorizos. Cubrimos con el agua fría y ponemos a cocer a fuego medio.
  • Cuando empiece a hervir, añadimos los garbanzos (si tenéis una malla metedlos en ella, que así será mucho más fácil sacarlos luego de la olla), previamente escurridos y lavados. 
  • Cuando empiece a hervir de nuevo incorporamos la cebolla y el puerro, salamos y contamos de 2 horas a 3 horas. El tiempo dependerá de la dureza de los garbanzos.
  • Cuando queden unos 30 minutos para el final de la cocción añadimos a la olla los chorizos, la morcilla, el tomate y la zanahoria cortada en trozos (ni muy grandes ni muy pequeños). 
  • Además, y en una cazuela a parte, ponemos a cocer el repollo o la berza, cubierto de agua y con un poco de sal.
  • Cuando calculéis que quedan unos 15 minutos para el final de la cocción toca incorporar al puchero del cocido las patatas, peladas y cortadas en trozos.
  • Cuando hayamos acabado la cocción retiramos las garbanzos, las verduras y las carnes y colamos el caldo. (Si tenéis tiempo dejad enfriar el caldo, para que se forme en la superficie una capa de grasa que luego podremos retirar fácilmente).
  • Para servir hacemos la sopa, añadiendo la pasta cuando el caldo haya roto a hervir. Mientras, escurrimos el repollo o la berza y la pasamos por una sartén en la que habremos hecho un refrito de ajos. Servimos la sopa y, a parte, los garbanzos (yo también los paso por una sartén con un refrito de ajo), el repollo o berza, y las carnes con la patata y la zanahoria.

Imprescindible:
  • Durante toda la cocción iremos desespumando nuestro caldo. Yo, como soy vaga, lo hago con un colador y no con una espumadera. Porque soy vaga y porque creo que se retira mejor la espuma y las impurezas.
  • Durante la cocción se irá reduciendo el agua, así que si veis que las carnes se van quedando secas añadid agua sin miedo.