Las ensaladas no son solo para el verano, pero es verdad que en esta época apetecen más. Hoy os proponemos hacer una muy sencilla, pero con mucha historia detrás; la ensalada Waldorf. El nombre seguro que os suena, pero a lo mejor no la habéis probado nunca, porque típica, lo que se dice típica, es de Nueva York.
La ensalada Waldorf nació a finales del siglo XIX cuando en 1893 Oscar Tschirky, el maître del recién Hotel Waldorf (que en 1931 se convertiría en el Waldorf-Astoria) inventó una ensalada que constaba sólo de tres ingredientes: apio, manzana y salsa de nata. Las nueces se añadieron algo después, a principios del siglo XX. La ensalada fue muy bien acogida por los guapos y pudientes que visitaban el hotel, pasando a convertirse en su plato estrella.
Personalmente creo que el éxito de esa ensalada está en la mezcla de sabores agridulces, combinados con la frescura y el crujiente del apio y la manzana. Con el éxito la ensalada se extendió por todo Estados Unidos y medio mundo, así que la receta se ha ido adaptando a los gustos locales. Yo he visto versiones que incorporan pasas, pera, pollo cocido o salsa mayonesa en vez de nata, pero según tengo entendido la que os pongo a continuación es la que más se ajusta a la original, y a la ensalada que aún siguen sirviendo en el Peacock Alley del Waldorf-Astoria por 19 dólares.
Creo que la primera vez que supe de la ensalada Waldorf fue al leer American Psycho, la novela más conocida de Bret Easton Ellis. Entre cremas masculinas, trajes a medida, mucho sexo y aún más sangre, la ensalada Waldorf era una comida recurrente, e incluso se llega a servir en una fiesta navideña, y ya sabemos que las fiestas navideñas son muy importantes.
Desde entonces siempre había deseado comerla y cuando fui a Nueva York quise degustarla en el mismísimo hotel que la vio nacer. No llegamos a pasar del vestíbulo; todo era muy elegante y era evidente que nosotros no éramos más que unos guiris. Como dijo mi hermano, muy rica tiene que estar una ensalada para costar 17 euros. A mí me parece que está rica, sí, pero en casa la podemos hacer facilmente y mucho más barata. Aunque sin el placer añadido de comerla en el Waldorf-Astoria, claro.
Ingredientes:
- 2 ramas de apio blanco
- 1 manzana roja (tipo Gala)
- 1 manzana verde (tipo Granny Smith)
- 2 cucharadas de nueces peladas
- El zumo de un limón
- 80 ml de nata
- La ralladura de medio limón
- 2 cucharadas de perejil picado
- 1 cucharada de miel clara
- Sal
- Pimienta
Elaboración:
- Lo primero es picar el apio muy fino el apio y en un bol grande lo rociamos con el zumo de limón.
- Lavamos las manzanas y las cortamos en láminas finas (si sois de los raros a los que no les guata la piel la podéis quitar) y las añadimos al apio con zumo de limón para que no se oxiden y se pongan marrones.
- Picamos las nueces, picamos muy fino el perejil y lo añadimos a la mezcla de apio y fruta.
- Añadimos la miel, la ralladura de limón, la sal, la pimienta y la nata y removemos bien.
- Metemos en la nevera para enfriar.
Degustación:
- Cuando la ensalada esté bien fría la servimos.
- Podemos hacerlo sobre unas hojas de lechuga, sobre unas láminas finas de manzana o en cuencos bien fríos.
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