domingo, 8 de marzo de 2015

La galleta que quería ser una Digestive...

 
Voy a adentrarme en el apasionante mundo de intentar replicar en casa esas galletas que compramos en el supermercado y que tanto nos gustan. Y hoy me propongo hacer una réplica de las galletas Digestive.

Cuando compramos estas galletas lo hacemos, básicamente, porque creemos que son sanas. Y lo son comparadas con otras galletas que las acompañan en las estanterías del supermercado, pero si nos ponemos a leer los ingredientes no lo son tanto como pensábamos, entre otras cosas porque para que tengan mejor aspecto y se conserven durante más tiempo les añaden varias "E"s. ¿Así que por qué no hacerlas en casa con ingredientes naturales y que podemos controlar?

Yo, además, las compro porque me gustan. Mucho. Y me parecen perfectas para hacer la base de varias tartas. Así que estoy encantada de poder hacerlas en casa, a pesar de que la textura no queda tan fina como la de las originales. Da igual, porque el sabor lo compensa. Y es que para mí se parece mucho al original, ese ligero toque salado que tanto me gusta incluido.

Ahí vamos, con la galleta que quería ser una Digestive... 

Ingredientes:
  • 50 g de harina de centeno integral
  • 50 g de harina de trigo integral
  • 100 g de copos de avena
  • 100 g de mantequilla fría
  • 55 g de azúcar moreno
  • 2 cucharadas de leche 
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 3/4 de cucharadita de levadura química (tipo Royal)
  • 1/2 cucharadita de sal

Elaboración:
  • Para empezar colocamos en un bol la avena, las harinas integrales, el azúcar moreno, la sal, el bicarbonato, la levadura química y mezclamos.
  • Agregamos la mantequilla fría (fría, no a temperatura ambiente) y mezclamos hasta que se integre todo bien. 
  • Incorporamos la leche y mezclamos todo bien. (Yo este paso lo hago a velocidad alta, para que se rompan un poco los copos de avena y quede una textura más similar a la de las galletas Digestive originales)
  • Cuando tengamos todo integrado tapamos el bol con film y lo metemos a la nevera al menos durante una hora.
  • Pasado ese tiempo sacamos la masa de la nevera, hacemos con ella bolitas de unos 30 g, las aplastamos entre las manos y las colocamos en una bandeja de horno forrada con papel de hornear.
  • Horneamos unos 15 minutos a 170ºC, en el horno previamente precalentado. 
  • Una vez listas las sacamos del horno y las dejamos en la bandeja hasta que estén templadas, para evitar que se nos rompan. 
  • Cuando estén tibias, las colocamos en una rejilla para que enfríen completamente antes de comerlas.

Conservación:
  • En una caja de lata o recipiente cerrado de forma hermética aguantan perfectamente unos 9 días. 
 


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