El pan gallego tiene, a mi entender, merecida fama. Puede ser por la utilización de diversas harinas, pues además de la de trigo se usa habitualmente la de maíz, mijo o centeno. O puede ser por la forma de elaboración y de cocción. Son frecuentes las hogazas grandes, con una buena corteza y gran cantidad de miga.
Un pan de este tipo es el que os propongo hoy, el de moña, aunque en un formato más reducido, de aproximadamente medio kilo.
Este es un pan con un alto contenido en agua. Por eso quizá no sea el mejor para iniciarse en el mundo del pan casero, ya que lo tendremos que amasar durante bastante rato y con algo de esfuerzo, ya que al principio, hasta que se empiece a desarrollar el gluten, tendremos una masa muy pegajosa. Pero no desesperéis que todo se aprende y si lo hacéis con ganas seguro que obtenéis un resultado más que digno. Y si no sale tan perfecto como esperabais, podéis consolaros pensando que os habéis ahorrado una tarde en el gimnasio.
Pero no os quiero asustar, no vaya a ser que no os atreváis a probar esta receta. Y eso no me lo perdonaría nunca, porque os estaríais perdiendo uno de los mejores bocatas de chorizo de vuestra vida. Por no hablar de ese olor a pan recién horneado que durante unas horas quedará en vuestra casa.
Ingredientes:
- 100 g de masa madre
- 450 g de harina de fuerza o panadera
- 50 g de harina de trigo integral o centeno
- 10 g de levadura fresca de panadería
- 375 ml de agua
- 10 g de sal
Elaboración:
- Ponemos todos los ingredientes, menos la levadura, en un bol y empezamos amasar. (No echéis todo el agua de golpe, porque dependiendo de la harina que utilicéis y la humedad de vuestra cocina quizá necesite un poco menos. O un poco más)
- Cuando tengamos una masa más o menos consistente la ponemos sobre una superficie enharinada y seguimos amasando.
- Cuando creamos que la masa está casi lista incorporamos la levadura desmenuzada, y continuamos trabajando la masa hasta que esté lisa y homogénea.
- Hacemos una bola lo más tensa que podamos, la introducimos en un bol ligeramente engrasado con aceite y la tapamos con film transparente. Dejamos fermentar hasta que la masa doble su volumen inicial.
- Pasado este tiempo colocamos la masa sobre una superficie enharinada, desgasamos ligeramente (que le damos un pequeño sobe, vamos) y le damos forma de bola.
- Colocamos nuestra bola de masa sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal y la dejamos fermentar, tapada con un film transparente para que no le salga corteza, aproximadamente una hora.
- Antes de meter el pan al horno lo espolvoreamos con harina y hacemos la clásica moña, pellizcando una pequeña porción de masa de la parte superior y girándola un poco.
- Horneamos a 190ºC durante unos 40 minutos aproximadamente. (Ojo, para otros panes os recomiendo meter un recipiente con agua o unos hielos en el horno para generar vapor, pero este es un pan que se cuece sin vapor, así que no lo hagáis.)
Conservación:
- Una vez horneado y frío se puede congelar cortado en rebanadas.