Los viajes en autobús son increíbles. Además de no tener que preocuparte por nada más que mirar el paisaje, puedes escuchar conversaciones maravillosas. Cuando oí hablar de un bizcocho que no se elaboraba con mantequilla, sino con nata
montada, no me lo podía creer. En mi mente me imaginaba la nata derritiéndose en el horno, dando como resultado una masa grumosa que por fuerza tenía que hacer imposible que se formara un bizcocho perfecto. Qué digo perfecto, ni medio decente. Pensaba que me estaban tomando el pelo, pero aún así apunté mentalmente los ingredientes que esa buena señora le daba a su amiga en el autobús y me esforcé en memorizar el paso a paso.
Los ingredientes no podían ser más sencillos y yo estaba segura de que los tenía todos en mi despensa, así que en cuanto llegué a casa tuve que probarlo. Pesé los ingredientes, precalenté el horno, puse la batidora en marcha y metí el molde en el horno rezando para que no fuera un desastre absoluto. Cada cinco minutos me acercaba a la ventanita del horno a ver si aquello crecía o no, y poco a poco, con el paso de los minutos, me fui tranquilizando. Y cuando por fin desmoldé el bizcocho y lo probé, el resultado me sorprendió positivamente.
Si lo hacemos bien (y siguiendo los pasos de esta receta seguro que lo hacemos bien), obtendremos un bundt cake de masa compacta, pero muy suave. Suave también es el sabor, recordad que no le hemos echado nada más que un poco de vainilla, pero a mí me pareció perfecto para acompañar un batido potente, como el de fresa y plátano. Los más golosos quizá prefiráis combinarlo con una taza de chocolate caliente. Sea como fuere, probad a hacerlo. Seguro que como yo, repetís.
Los ingredientes no podían ser más sencillos y yo estaba segura de que los tenía todos en mi despensa, así que en cuanto llegué a casa tuve que probarlo. Pesé los ingredientes, precalenté el horno, puse la batidora en marcha y metí el molde en el horno rezando para que no fuera un desastre absoluto. Cada cinco minutos me acercaba a la ventanita del horno a ver si aquello crecía o no, y poco a poco, con el paso de los minutos, me fui tranquilizando. Y cuando por fin desmoldé el bizcocho y lo probé, el resultado me sorprendió positivamente.
Si lo hacemos bien (y siguiendo los pasos de esta receta seguro que lo hacemos bien), obtendremos un bundt cake de masa compacta, pero muy suave. Suave también es el sabor, recordad que no le hemos echado nada más que un poco de vainilla, pero a mí me pareció perfecto para acompañar un batido potente, como el de fresa y plátano. Los más golosos quizá prefiráis combinarlo con una taza de chocolate caliente. Sea como fuere, probad a hacerlo. Seguro que como yo, repetís.
Ingredientes:
- 200 gr de harina
- 50 gr de Maizena
- 2 cucharaditas de levadura tipo Royal
- 3 huevos XL
- 200 gr azúcar
- 2 cucharaditas extracto de vainilla
- 285 ml de nata líquida 35% materia grasa, bien fría
- Una pizca de sal
Elaboración:
- Tamizamos la harina, la Maizena, la levadura, la sal y reservamos.
- Batimos la nata líquida hasta tenerla perfectamente montada y la reservamos. (Ojo, tampoco os paséis montando, porque entonces la convertiríamos en mantequilla.)
- Batir los huevos durante un par de minutos, añadiendo el azúcar poco a poco para asegurarnos de que se disuelve. Añadimos la esencia de vainilla y seguimos batiendo hasta que los huevos queden espumosos, blanquecinos y hayan doblado su volumen.
- Llegó el momento de incorporar la mezcla de la harinas, levadura y sal a los huevos batidos. No lo hagáis de golpe, sino en dos o tres veces para asegurarnos de que la harina se integre bien.
- Cuando todo esté bien integrado añadimos la nata montada, también en tres dos o tres veces, y mezclamos con una espátula (mezclamos, no batimos) hasta obtener una masa homogénea.
- Echaremos la mezcla en el molde de bundt (como ya os conté en la receta del bundt cake de plátano, si tenéis un molde de bundt de verdad no es necesario engrasarlo. Si no lo tenéis hacedlo con aceite de girasol y no añadáis harina), asegurarnos de que la masa ha entrado en todas las hendiduras del molde y meted al horno, previamente precalentado a 175ºC.
- Horneamos en la parte central del horno, sobre una rejilla, durante unos 45 minutos o hasta que al pincharlo con un cuchillo éste salga totalmente limpio.
- Cuando esté listo dejamos enfriar en el molde durante 10
minutos, Pasado este tiempo desmoldamos y lo dejamos enfriar
totalmente sobre una rejilla.
Muy importante:
- El molde lo ponemos a media altura, sobre la
rejilla del horno, nunca sobre una bandeja. Si lo ponemos sobre una
bandeja el cono central del molde de bundt no serviría para nada,
ya que impediríamos la circulación del aire caliente, con lo que
el horneado del centro no sería uniforme.
Conservación:
- Este bundt se conserva perfectamente unos cinco días.
- Y sí, se puede congelar... Se puede cortar en porciones y aguanta perfectamente en el congelador unos dos meses. Para consumirlo sólo hace falta sacarlo del congelador la noche anterior y dejarlo a temperatura ambiente
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