domingo, 29 de noviembre de 2015

Quiche de champiñones

Hoy he abierto la nevera y me he dado cuenta de que tenía unos cuantos champiñones a punto de criar moho en una balda. Lo fácil hubiera sido laminarlos y hacerlos salteados o en revuelto, pero he decidido complicarme un poco la vida. Rebuscando un poco más en la nevera he encontrado un puerro y taquitos de jamón, así que he pensado que tenía todos los ingredientes para hacer una quiche o tarta salada.

Para hacer una quiche necesitamos masa quebrada. La podéis comprar ya hecha, pero todos tenemos en casa los ingredientes necesarios para hacerla con nuestras propias manos, y si quitamos la hora que tiene que reposar en la nevera os aseguro que no tardaréis nada en elaborarla. Si lo preferís también se puede hacer la base con hojaldre, pero a mí me gusta más como queda con la masa quebrada.

Cuando tengamos la masa quebrada sólo nos falta rellenar y hornear. Para mí este plato queda mejor de un día para otro, así que es una opción perfecta para llevar en un tupper al trabajo o a casa de unos amigos cuando te invitan a ver un partido o tomar unas cervezas. ¿Nos ponemos manos a la obra?

Ingredientes para la masa quebrada:
  • 275 g de trigo
  • 160 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 1 huevo
  • Media cucharadita de sal

Ingredientes para el relleno:
  • 500 g de champiñones
  • 1/2 cebolla
  • 1 puerro
  • 75 g de jamón serrano en taquitos
  • 1 brick de leche evaporada
  • 4 huevos
  • 1 chorrito de vino blanco
  • Aceite
  • Sal 
  • Pimienta
  • Nuez moscada

Elaboración de la masa quebrada:
  • Empezamos por poner en un bol la harina y la mantequilla a temperatura ambiente, cortada a trocitos. Metemos las manos en el bol y mezclamos bien. Sí, amigos, para hacer masa quebrada hay que mancharse las manos.
  • Cuando tengamos la mantequilla y la harina bien mezcladas añadimos el huevo y volvemos a amasar con las manos hasta incorporar. (Se puede añadir el huevo desde el principio, pero me parece que así queda más fino).
  • Ojo, sólo hay que amasar muy poco, sólo hasta que esté bien mezclado.
  • Cuando tengamos lista nuestra masa hacemos una bola con ella, la envolvemos en papel film y la metemos una hora en la nevera. (No hay que dejarla nunca más de una hora en el frigorífico, porque después resultaría imposible extenderla).

Elaboración de la quiche:
  • Mientras nuestra masa está en la nevera cortamos la cebolla y el puerro muy finos y los ponemos a pochar en una sartén a fuego lento.
  • Cuando el puerro y la cebolla estén pochados añadimos los champiñones limpios y cortados en láminas y salpimentamos.
  • Cuando estén casi hechos añadimos un chorrito de vino blanco y dejamos que reduzca. Reservamos.
  • Mientras los champiñones se enfrían sacamos la masa quebrada de la nevera y la extendemos en forma circular entre dos hojas de papel vegetal.
  • Forramos un molde ondulado bajo con la masa quebrada y retiramos la masa sobrante.
  • Pinchamos nuestra masa quebrada con un tenedor para que no suba en el horno, pero para asegurarnos además forramos el fondo con un círculo de papel vegetal y ponemos unas lentejas (o garbanzos, o alubias o monedas) para que haga peso.
  • Metemos en el horno precalentado y horneamos a 180ºC durante unos 15 minutos. Sacamos la base de nuestra quiche del horno, retiramos las lentejas y el papel vegetal y horneamos cinco minutos más.
  • Mientras la masa quebrada se acaba de hornear echamos en un bol la leche evaporada, los huevos, la nuez moscada rallada y batimos bien.
  • Añadimos al bol la mezcla de cebolla, champiñoes y puerro y los taquitos de jamón y mezclamos bien.
  • Vertemos el relleno sobre la base de la quiche y volvemos a meter al horno, donde dejaremos cocer unos 50 minutos a 170ºC.
  • La quiche se puede comer caliente, templada o fría, pero a mí me parece que está mucho más rica de un día para otro.


domingo, 22 de noviembre de 2015

Hojaldre


Yo soy de la teoría de que la vida es demasiado corta para hacer hojaldre, pero tampoco voy a negar la satisfacción que da elaborar nosotros mismos uno, contar todas las maravillosas capas que hemos logrado formar con nuestras propias manitas.

Lo más complicado de esta receta es tener paciencia para respetar los tiempos de reposo y tener una temperatura óptima en la cocina. Necesitamos un ambiente fresquito, así que olvidaos de la calefacción o tener algo al fuego o en el horno mientras elaboramos nuestro hojaldre. De lo que se trata es de que la mantequilla y la masa formen diversas capas, y si la mantequilla se nos derrite, eso es imposible.

Lo ideal sería usar una mantequilla extra seca, con un altísimo porcentaje de grasa para hacer el hojaldre, pero en España, si no eres profesional y compras por cajas, es muy difícil de conseguir. Pero no os asustéis, que con una mantequilla de buena calidad (repito, de BUENA calidad) el resultado será también sensacional.

Y otra cosa, es importante que tengáis metro y reloj a mano, porque para que la receta salga bien es importante respetar las medidas y los tiempos. Y después de meteros el miedo en el cuerpo os digo que no es tan difícil, así que vamos a ello.

Ingredientes:
  • 280 g de harina
  • 140 g de harina de fuerza
  • 30 g de mantequilla para la masa
  • 8 g de sal
  • 210 g de agua fría
  • 330 g de mantequilla para empastar o hacer los pliegues

Elaboración:
  • El primer paso es el más sencillo; metemos todos los ingredientes en un bol (menos la mantequilla para empastar) y amasamos bien, durante unos 15 minutos con ayuda de amasadora, unos 30 si lo hacéis a mano.
  • Cuando la masa esté lista y homogénea la dejamos reposar, tapada con film, unos 10 minutos.
  • Aprovechamos ese tiempo para poner sobre un papel vegetal la mantequilla para empastar cortada en trozos, llenando un rectángulo de unos 25 cm de altura y 40 cm de anchura. Tapamos con otro trozo de papel vegetal y aplastamos ligeramente con la mano, para que los trozos se unan. Luego pasamos el rodillo para que quede una plancha uniforme. Recordad que buscamos un rectángulo de 25 cm de altura y 40 cm de anchura.
  • Pasados los 10 minutos cogemos nuestra masa y la estiramos de tal forma que nos quede un rectángulo de 25 cm de altura y 60 cm de anchura. (Si veis que la masa se resiste y se encoje dejadla reposar un poco más).
  • Llegó el momento de introducir la plancha de mantequilla que ya tenemos preparada. Colocamos la pieza de mantequilla en una esquina y la dejamos caer sobre 2/3 de la masa y hacemos una vuelta sencilla. Para ello doblamos la parte de masa que no tiene mantequilla sobre la mantequilla y luego el otro extremo sobre ella, como si fuera un libro.
  • Tapamos bien con papel vegetal y dejamos reposar en la nevera unos 20 minutos.
  • Esta operación hay que repetirla otras dos veces, con sus correspondientes descansos entre un plegado y otro. Y tras la segunda repetición dejamos de nuevo que la masa repose en nevera 20 minutos. Ojo, que antes de plegar de nuevo el hojaldre hay que estirar el plastón en un rectángulo de 25 cm de altura y 60 cm de anchura.
  • La última vuelta que vamos a dar es doble. Para ello doblaremos los extremos hacia el centro, justo a la mitad, y luego montamos un lado sobre el otro, doblando a la mitad. Dejamos reposar en la nevera ates de utilizar la masa.
  • Como sé que es un poco lioso, incluso con las fotos, os dejo un dibujito que he robado de Internet donde podéis ver perfectamente cómo se realizan los pliegues.

 Cocción:
  • Después del reposo podemos utilizar nuestra masa de hojaldre, sólo hay que estirarla y cortarla según pida la receta.
  • Lo normal es que realicemos la cocción a 170ºC, durante 30-40 minutos, pero va a depender mucho de la elaboración, así que fijaos siempre en lo que os pide la receta.

Conservación:
  • Podéis dedicar una tarde a hacer hojaldre y congelar vuestras planchas sin problema. Así siempre las tendréis a mano para poder utilizarlas.

Si vais a hacer milhojas:
  • Si sabéis desdes un principio que vais a utilizar el hojaldre para hacer milhojas es mejor dar 6 vueltas sencillas en vez de tres sencillas y una doble. Así conseguiréis una masa más regular y con menos desarrollo. Yo lo he hecho así. (Pero si hacéis tres sencillas y una doble tampoco creo que pase nada).


domingo, 15 de noviembre de 2015

Galletas de leche condensada (sin gluten)

No me gusta hacer recetas para celiacos. Simplemente porque es muy fácil meter la pata y hacer que el pobre enfermo que come lo que has preparado pase un mal rato. Tampoco entiendo la tontería esa que se ha puesto de moda de no comer gluten, a pesar de no tener intolerancia. Pero hoy me atrevo a decir que estas galletas de leche condensada son aptas para celiacos. Sin gluten.

El maíz es un cereal que carece de gluten, así que es apto para celiacos. He leído y releído la etiqueta de la leche condensada, y está libre de gluten. Así lo dice, además, la página 57 del libro de FACE (Federación de Asociaciones de Celiacos de España), donde indican que la leche condensada, de cualquier marca, es apta y viene marcada en color verde. Así que si tenéis que preparar una merienda con las amigas o una fiesta infantil y alguno de los invitados es celiaco, podéis ofrecerles estas galletas sin problema alguno.

Otra de las ventajas que tiene esta receta es que es muy fácil de hacer y sólo lleva 15 minutos de horneado. Os saldrán cerca de 40 galletas muy ligeras y nada empalagosas, crujientes por fuera y suaves por dentro, ideales para acompañar con un buen vaso de leche.

Ingredientes:
  • 350 g de maizena
  • 200 g de leche condensada
  • 120 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 40 g de azúcar
  • 1 yema de huevo

Elaboración:
  • Para empezar ponemos la mantequilla y el azúcar en un bol y lo batimos hasta que esté blanquecino y esponjoso.
  • Incorporamos la leche condensada, integramos bien y añadimos la yema de huevo. Batimos hasta que la mezcla quede lisa y homogénea.
  • Agregamos la maizena y mezclamos, primero con una espátula y luego amasando directamente con las manos.
  • Nos quedará una masa un poco pegajosa. La envolvemos en papel film y la guardamos en la nevera media hora. (No la tengáis mucho más tiempo en el frigorífico, que se pone dura como una piedra y luego es imposible darle forma).
  • Pasado ese tiempo sacamos la masa de la nevera y hacemos con ella bolas del tamaño de una nuez. Las colocamos en una bandeja de horno forrada con papel de hornear y las cocemos en el horno precalentado a 180ºC, durante unos 15 minutos. 
  • Las dejamos enfriar completamente sobre una rejilla antes de comerlas.

Conservación:
  • En una caja de metal o un recipiente hermético aguantan perfectamente unos 7 o 9 días.


domingo, 8 de noviembre de 2015

Sándwich de bacón, pera y queso brie


Yo soy fan de eso que se llama meriendacena. Y a veces hasta de mezclar sabores que a priori parece que no pegan. Así que una de mis meriendas cenas favoritas es el sándwich de bacón, pera y queso brie. A priori puede parecer una combinación de sabores bastante extraña, pero os aseguro que está deliciosa. Si queréis podéis cambiar el queso brie por gorgonzola o queso azul. Yo prefiero el brie porque me da la sensación de que en boca (ya hablo como los grandes chef o los pedantes) deja una sensación menos grasa, pero ya sabéis que eso va en gustos.

¿Y qué os voy a decir de cómo se prepara un sándwich? Creo que hasta un niño de cinco años sabe hacerlo. Como no hay mucha técnica, me limito a recordaos que para que el sándwich salga rico, rico lo importante son los ingredientes. Fundamental elegir un buen pan, no sirve una de esas rebanadas de pan de molde blancas, blandurrias y sin borde, eso que quede claro. Dadle una oportunidad al pan integral, con semillas, avena, al de centeno. Para seguir comprad un bacón que no se convierta en agua al entrar en contacto con la sartén. La pera que esté fresca y entera, sin golpes. Y el queso, os decantéis por el que os decantéis, que sea de calidad, nada de esos procesados.

Pues nada más que añadir. Con buena materia prima (que no quiere decir que sea caro) y un poco de mimo al dorar el sándwich para que no se queme, nada puede salir mal en esta receta. Una meriendacena diferente que seguro os llama la atención.

Ingredientes:
  • 2 rebanadas de pan de molde
  • 4 lonchas de bacón
  • 1 pera
  • Queso brie
  • Mantequilla para untar el pan

Elaboración: 
  • Empezamos por untar una cara de las rebanadas de pan con mantequilla. Reservamos.
  • Cortamos las lonchas de bacón por la mitad y las freímos en una sartén bien caliente con dos gotas de aceite. Las ponemos sobre una rebanada de pan. (Por la cara que no tiene mantequilla, claro).
  • Pelamos la pera y la cortamos en láminas no muy gruesas. Las ponemos sobre el bacón.
  • Cortamos lonchas de queso brie y las colocamos sobre la pera.
  • Tapamos con la otra rebanada de pan (con la parte de la mantequilla hacia fuera, claro) y tostamos nuestro sándwich en una sartén caliente. (Si ponemos una tapa a la sartén el vapor ayudará a que el queso se funda mejor).
  • Sólo nos queda sacar el sándwich de la sartén cuando tenga el dorado que nosotros queramos, ¡y a comer!