Esta semana, tras haber disfrutado de 20 días de permisos extraordinarios para tratarse en un hospital privado las dolencias renales asociadas a los problemas con los niveles de glucosa en sangre que padece, Isabel Pantoja ha vuelto a la cárcel. El mismo día de su reingreso en prisión, la tonadillera, condenada a dos años de prisión por blanqueo de capitales, ha pedido en la Audiencia de Málaga la suspensión de la pena, que cumple desde hace nueve meses en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Está claro es que esperar el tercer grado es mucho más llevadero en un hospital privado que en una celda.
¿Los motivos? Lo primero, que consideran que la pena impuesta a la tonadillera es ejemplarizande. Lo segundo, que la pobre Isabel se encuentra en un estado de salud muy delicado debido, entre otras cosas, al calor que pasa en su celda y la deficiente alimentación que lleva en la cárcel.
Puede que la condena sea ejemplarizante, pero según sentencia firme la tonadillera adquirió o comercio con bienes, particularmente dinero, procedentes de la comisión de un delito. Y eso está muy feo. Lo de que pasa calor en su celda, bueno, como millones de españoles que no se pueden permitir encender el aire acondicionado en verano. Y si lleva una mala alimentación será porque quiere (se rumorea que ha dejado voluntariamente de hacer algunas comidas), porque en la cárcel no se come mal. Eso o que echa de menos el popular pollo a la Pantoja, gracias al que tan lozano creció Kiko Rivera, su pequeño del alma.
¿Pero en qué consiste el pollo a la Pantoja que durante años se ha servido en Cantora? Básicamente en un pollo en salsa, en el que el tomate y la cerveza son protagonistas. Dicho así no parece nada del otro mundo, pero os aseguro que esta riquísimo. Tanto, que se os enamorará el alma cada vez que veáis una cazuela de pollo a la Pantoja doblar la esquina.
Ingredientes:
- 4 muslos de pollo (con el jamoncito y el contramuslo separados)
- 1/2 cebolla
- 1/2 puerro
- 1/2 pimiento verde
- 1 zanahoria
- 4 tomates grandes
- 3 dientes de ajo
- 1 rama de romero
- 1 rama de tomillo
- 1 rama de orégano
- 1 hoja de laurel
- 1 cayena
- Pimienta en grano
- 1 cerveza rubia
- 1/2 litro de caldo de pollo
- Harina para rebozar
- Aceite
- Sal
Elaboración:
- Empezamos por salar el pollo y enharinarlo ligeramente para dorarlo en abundante aceite de oliva. Tenemos que tener cuidado para no quemarlo.. as aromáticas y reservamos.
- Cuando esté listo lo ponemos en una sauté u olla baja (o sartén alta, como queráis llamarlo), con las hierbas aromáticas y el laurel.
- Eliminamos parte del aceite, dejando lo necesario para sofreír la cebolla, el puerro, la zanahoria y el pimiento cortados en cuadraditos, y el ajo en láminas gruesas para que no se nos queme y acabe amargando.
- Cuando tengamos la verdura pochada echamos la cayenas y los granos de pimienta, dejamos que se rehoguen un poco y añadimos la cerveza. No seáis rácanos con el alcohol.
- Cuando se haya evaporado un poco el alcohol añadimos el tomate, limpio y cortado en dados, con su piel y todo, que luego lo vamos a colar.
- Dejamos que se cocine el tomate y reduzca, y cuando lo tengamos listo le echamos en el baso de la batidora y trituramos bien.
- Llegó el momento de deshacernos de las pieles del tomate, así que nos toca colar la salsa para que quede bien fina. Es un poco laborioso, sí, pero os aseguro que merece la pena.
- Echamos la salsa sobre el pollo que teníamos reservado con las aromáticas y añadimos el caldo de pollo, sólo hasta que cubra. .
- Cocer tapado y a fuego lento, más o menos durante una hora, removiendo de vez en cuando, hasta que la salsa se reduzca y quede con la textura que nosotros queremos.
- Probamos y rectificamos de sal si fuera necesario.
- Sólo queda servir acompañado de unas patatas fritas o ensalada, y con una buena barra de pan para mojar, ¡y a disfrutar!